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Voto de Benjamín Reyes:
7
Documental El 11 de noviembre de 2009 Enrique Bunbury actuó en el Estadio Azteca de México, convirtiéndose en el primer músico español en congregar 90.000 personas en un solo concierto en Latinoamérica y en solitario. Unos meses después, la estrella de rock decide afrontar un nuevo reto adentrándose en un fascinante e inédito tour por carretera a lo largo y ancho de Estados Unidos, en compañía de su banda, su mujer y su gato, dando conciertos en ... [+]
6 de noviembre de 2016
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La figura de Enrique Bunbury desata filias y fobias desaforadas. O lo aman o lo detestan. Por eso era extraño que todavía no se hubiera rodado una película sobre Bunbury, excantante de Héroes del Silencio, y el roquero español más internacional con permiso de Miguel Ríos. Ha tenido que ser Alexis Morante, un andaluz afincado en Los Ángeles (la nueva morada de Bunbury) el que lo convenciera para adentrarse en este viaje fílmico.

El filme comienza con imágenes del último concierto de la gira “Hellville” en el estadio Azteca de México D.F., el 11 de noviembre del 2009, ante un multitudinario y enfervorecido público. Seis meses después emprende una nueva gira por las carreteras de Estados Unidos, de 26 conciertos en lugares como Detroit, Dallas, Chicago, Nueva York, Boston o San Francisco, donde es un auténtico desconocido.
En sus propias palabras: “Es una aventura vital. Vamos a rebobinar y recordar cómo hacíamos las giras cuando empezamos en la música. Estados Unidos es un lugar inhóspito para los roqueros españoles. Hay que luchar contra las rutinas”.

Por eso “El camino más largo” ofrece a un músico en constante renovación. Capaz de sacar al mercado un álbum con sonido discotequero en 1997 (“Radical sonora”) y luego un elepé de versiones de canciones (“El jinete, 2001) con temas de Sting, The Beatles o José Alfredo Jiménez.

Morante no apuesta por lo fácil y consecuentemente no se centra en las actuaciones de su repertorio sino en las esperas, en los momentos muertos, en los instantes de reflexión y confusión. Por lo tanto, “El camino más largo” no es una película para mayor gloria de Bunbury, sino una mirada interior a una estrella del rock, que busca nuevos senderos musicales, de tal forma que la cámara se convierte en su sombra y muestra verdaderos momentos de intimidad. Sin desvelar los momentos cruciales del documental, si apuntaremos que en un momento dado le grita a Morante: “¡Eh, vale ya de grabar!” y pronuncia la frase: “Se me ha caído el alma al suelo”.

Ahí reside la grandeza de “El camino más largo”. En cómo un músico que ya tiene su público acérrimo en plazas de España y Latinoamérica, decide arriesgarse y transitar por nuevos horizontes musicales. “Las transiciones musicales son traumáticas. Mi cabeza ya está en otro sitio”, revela en un momento dado de la cinta. Asimismo, en la película hay carretera, mucha carretera, que ejemplifica que el rock es un camino de largo recorrido y que plasma que Bunbury está inmerso en un perpetuo viaje hacia ninguna parte.
Benjamín Reyes
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