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España España · Madrid
Voto de Jesús:
8
Comedia. Fantástico Barbie (Margot Robbie) lleva una vida ideal en Barbieland, allí todo es perfecto, con chupi fiestas llenas de música y color, y todos los días son el mejor día. Claro que Barbie se hace algunas preguntas, cuestiones bastante incómodas que no encajan con el mundo idílico en el que ella y las demás Barbies viven. Cuando Barbie se dé cuenta de que es capaz de apoyar los talones en el suelo, y tener los pies planos, decidirá calzarse unos ... [+]
20 de agosto de 2023
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay un género cinematográfico que a mí me gusta llamar “combativo”. Más que caracterizarse por tramas y ambientes parecidos, como se ha hecho tradicionalmente, los suelo englobar por la intención de ir a la contra de una forma frontal y brusca. Su lucha cultural puede ser ante una situación histórica, una injusticia percibida, la sociedad misma, o incluso la estética y los géneros en sí, como muchas de las películas del Nuevo Hollywood de los setenta, que se suelen llamar revisionistas. Debo decir que, contra todo pronóstico antes de entrar en la sala, debo considerar a Barbie como la película combativa más cara y exitosa, un triunfo en taquilla difícil de asimilar, por extraña, inventiva, compleja, y basarse en la muñeca más exitosa de la historia, cuyo valor implica miles de millones de dólares.

Porque la dificultad de Barbie radica incluso en su clasificación. ¿Es una comedia? No exactamente, tiene momentos divertidos, y es ingeniosa hasta la extenuación, pero ni su desarrollo ni su clímax son típicos de comedia. Podríamos calificarla de comedia dramática con tintes de realismo mágico, pero, teniendo un fondo discursivo e ideológico tan enrocado en la película que es imposible entenderla sin ella, podríamos llegar, incluso, al cine político. Tiene hasta tintes de musical, por la importancia que tienen en el desarrollo y conclusión de sus tramas, sin llegar a serlo del todo. Es, simplemente, Barbie. Y es única en el mundo.

No dedica tiempo alguno a argumentar sus posiciones feministas, de crítica al patriarcado ni de masculinidad tóxica; son asunciones del sistema, como (y exagero, pero me da lo mismo) Marx y la moral. Es algo inherente a las ideologías, y Barbie la enarbola, orgullosa de su bandera, de lo que pretende representar, de lo que representa, tanto la muñeca como la película, para muchas mujeres y niñas de todo el mundo.

Porque su crítica social, su forma de hacer parodia de las relaciones de hombres y mujeres, de la sociedad en la que vivimos, no nos dejemos engañar por el plástico y la purpurina, es absolutamente demoledora, una visión del mundo tan cínica que está asumida dentro de la película, en cada frase y situación, y actúa como una bala de cañón cerebral, si se dejan a un lado la diversión, los chistes, y los momentos más dramáticos.

Aunque, y en esto tiene más éxito que muchas películas de tintes más “serios”, no deja a un lado el factor más humano. Tanto el desarrollo de Barbie, como el de Ken, aparte de entroncar con los temas planteados de una forma inmejorable, es complejo, psicológica y narrativamente. Dibujar personajes contradictorios y plausibles dentro de los esquemas de sátira e irrealidad que se emplean suele resultar difícil por la caricatura, y en algunos momentos parece deslizarse al desastre (Ken y su llegada al mundo real, el comienzo con Barbie antes del ya legendario para mí “Do you ever think about death?”), aunque la película consigue remontar y volar alto. Quizá, a nivel personal, piense que a nivel de personajes y sentimientos me parezca mejor Mujercitas, pero aquí Greta Gerwig se sigue mostrando en forma. Algo que le tengo que conceder, tras ver una película con más mala leche por su parte como esta que nos ocupa, es su capacidad de no juzgar a sus personajes, dándoles una mayor tridimensionalidad, porque del juicio siempre viene su clasificación, ya sea en buenos, malos y neutrales, y las personas nunca somos así.

Dejando a un lado temas tan esotéricos como estos, y yendo al apartado audiovisual, debo decir en ese sentido que es inmejorable. Leí en alguna parte que Rodrigo Prieto, el director de fotografía de la película, colaborador típico de Scorsese, y su equipo iban a patentar el sistema utilizado aquí para que todo parezca real y artificial al mismo tiempo. Que sirva esto como representación de lo extremadamente rupturista que esta película resulta.
Me gustaría dedicarle también tiempo a la capacidad de la película de aunar guiños al séptimo arte y usarlos a su favor. Para no revelar ninguna sorpresa al respecto, voy al apartado del spoiler. Es otro rasgo más, típico de las películas más postmodernas, que para cualquier curioso del séptimo arte resultan siempre como detalles divertidos, y que aportan riqueza dependiendo de su uso, como el que se ve aquí.

Por último, debo hablar de las actuaciones. Me gustaría romper una lanza a favor de Michael Cera (Alan en la película). De una forma u otra, los personajes que interpreta solo los podría haber hecho él, y aquí no es muy distinto. Quedará la duda para siempre de si es porque los personajes que escoge son básicamente él mismo, o si es un actor camaleónico tremendo cuyo trabajo nos estamos perdiendo. De Margot y Ryan no hay nada que decir; cuando algo es perfecto, las palabras se quedan cortas.

En resumen, nos encontramos ante la película milmillonaria más compleja, diferente y, sí, combativa, que nos ha dado el séptimo arte. Un auténtico salto adelante, del que espero que la industria tome nota. Aunque, viendo cómo los productores de Hollywood están aprobando películas basadas en Hoot Wheels, el Uno y similar, algo me dice que no han entendido nada. Pero bueno, de eso va también la película, ¿no?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jesús
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