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Voto de carlos bosch benitez:
2
Drama. Romance Fortuna (Kidist Siyum), una niña etíope de 14 años, es recibida con otros refugiados por una comunidad de monjes católicos en un monasterio de los Alpes suizos. Allí conoce a Kabir, un joven africano de la que se enamora. Es invierno y a medida que la nieve cubre los picos, el monasterio se convierte en su refugio, pero también en escenario de acontecimientos que socavan la vida pacífica de los monjes.
13 de enero de 2020
9 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película está calculada para conmover a un público desprevenido, pero lo que es a mí me la trajo al pairo. De hecho no sé ni por qué me molesto en comentarla, puesto que no es más que un sobado panfleto buenista. Sus ingredientes básicos son transmitir una visión edulcorada del inmigrante (perdón, quise decir migrante, en qué estaría yo pensando) y hacer sentir culpable al espectador europeo al uso. Más o menos la misma hipocresía de siempre. Estoy seguro de que ni al director ni a ninguno de los productores les va tocar padecer desde sus chalets con piscina las consecuencias de aquello que promueven.
Y tampoco es que se hayan quedado calvos construyendo esta historia. No creo incurrir en la zona spoiler si digo que con una chica africana de catorce años embarazada de un colega de patera bastante mayor, un monasterio en las montañas suizas, un prior amigo de lanzar frases lapidarias y unos paisajes nevados ya está montada la cosa. Prácticamente no hay más. Ah, bueno, sí, me olvidaba... Una incursión nocturna y sin previo aviso de la policía --¡qué poca educación!-- hace añicos su amor.
El resto son soporíferos planos del monasterio y de las montañas circundantes, que a algunos les han parecido bellísimos y a mí absolutamente pretenciosos.
Por cierto que ella es católica y él musulmán, pero se llevan de maravilla como no podía ser de otra manera, cada uno con sus rezos y muchísimo respeto. Ni tampoco pasa nada porque ella tenga catorce años y él casi treinta, tratándose de "migrantes" no es abuso de menores ni nada de eso, lo importante es que se quieran.
En fin, que prosigue el lavado de cerebro y el desarme moral de Europa. Esto no ha hecho más que empezar y, en ese sentido, esta obra es más bien modosita, cosa que se agradece. No como el trailer de una película española protagonizada por Luis Tossar que me tocó tragar antes del comienzo, abundando en los mismo tópicos manidos, pero ya sin ningún tipo de tapujos.
Lo más gracioso es que son los mismos poderes globales que han hecho de África un continente casi inhabitable --véase el asesinato de Gadaffi, por poner un ejemplo-- los que luego crean, difunden y financian este tipo de milongas. Y lo más triste del caso es que buena parte de la población no solo ha interiorizado que no tiene derecho a defender su modo de vida, sino que encima sigue tomando a los incendiarios por bomberos.
En realidad lo único destacable de esta película es que la acción --por decir algo-- transcurra en Suiza, un país que, hasta donde sé, hasta hace muy poco no tenía ningún complejo a la hora de proteger sus fronteras. Que se vayan preparando...
En cuanto a la interpretación, ni bien ni mal, pero no solo es culpa de los actores. Con semejante argumento ni siquiera el plasta de Bruno Ganz con todas sus tablas resulta convincente.
carlos bosch benitez
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