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España España · Barcelona
Voto de El Criticón:
5
Intriga. Comedia Cuando Enola, la hermana adolescente de Sherlock Holmes, descubre que su madre ha desaparecido, no duda en emprender su búsqueda. Tendrá que emplear todas sus dotes detectivescas para que su famoso hermano no dé con ella. Y para desentrañar la conspiración en torno a un misterioso y joven lord.
23 de septiembre de 2020
51 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedo decir que me haya entusiasmado “Enola Holmes”. Es un entretenimiento que regala dos horas de ligereza y distracción. Pero de la misma forma que la pizza con piña no es la esencia de la pizza. “Enola Holmes” no es la esencia del buen cine. Es sabrosa y divertida, como la pizza con piña, pero ahí acaban todas sus virtudes.

“Enola Holmes” funciona como divertimento (casi juvenil) repleto de burdos trucos narrativos pero con un tono lo suficientemente ligero y condescendiente como para a gustar a casi todos.

Pero de esto, al buen cine, hay un largo trecho. Demasiado largo para quien suscribe. Lo siento, debe ser que soy demasiado teórico, demasiado clásico o purista. Y me sabe mal cargarme una película por aspectos puramente técnicos, porque debo reconocer que, dentro del error (dentro del horror), la película funciona

La película carece de la originalidad (o de ese gen diferenciador) necesaria para que lo comercial ascienda hacia un producto de calidad. Da la impresión de que, como una colcha de patchwork, es una película hecha con retazos de otras películas fácilmente reconocibles que van desde los Sherlock Holmes de Guy Ritchie a La saga de Harry Potter pasando por cualquier serie juvenil del catálogo de Netflix e incluso por la saga de El código Da Vinci.

Una de los detalles que más me han sorprendido (para mal) es lo que parece un grave error de casting en algunos personajes que, de haber sido interpretados por actores menos comerciales o más aptos, hubiesen encajado mejor en la historia. El mejor ejemplo es un Henry Cavill tan fuera del papel de Sherlock Holmes que su actuación lastra la película cada vez que aparece. Por decirlo de otra manera más burda: mientras Millie Bobby Brown funciona razonablemente bien como Enola Holmes, cuando ves a Henry Cavill estás viendo a Superman vestido con un traje de época dos tallas más pequeñas. Su actuación es tan plana y está tan llena de tics que asusta. Pero tenemos a Superman en una película de Netflix y eso siempre vende. Aunque dramáticamente aporta tanto a la película como un maniquí del Zara.

El último punto que me ha sacado absolutamente de la película es la constante rotura de la cuarta pared por parte del personaje de Enola Holmes. Eso de “lo mucho cansa” es una constante en este aspecto: Millie Bobby Brown se pasa más tiempo mirando a cámara que al resto de los actores. Un recurso fácil del que aquí se abusa como consecuencia de esa narración en primera persona y que no sirve más que para enmascarar carencias a la hora de narrar. Otra cosa que me ha sorprendido es que a pesar del caos en la narrativa con abuso de trucos baratos, la película tiene una maravillosa factura visual, una espléndida fotografía y un delicioso diseño de producción. Pero sigue chirriando esos trucos baratos que son parecidos a los que utilizaba Ritchie en su Sherlock Holmes. La diferencia era que mientras en las películas protagonizadas por Robert Downey Jr. los trucos narrativos encajan y están al servicio de la historia, en “Enola Holmes” se hace un abuso que sobrecarga la narración y queda como una capa por encima de lo demás que suena a falso. Y puede evitarse, de hecho en la parte central más dramática, se evitan todos esos trucos y la narración fluye mejor a costa de perder velocidad.

En resumen, “Enola Holmes” no es un mal producto, pero es tramposa, tiene demasiados agujeros y es simplemente eso: un producto de Netflix que busca la comercialidad por encima de cualquier otra virtud.

Os encantará, seguro, pero el cine es otra cosa.
El Criticón
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