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España España · Linares
Voto de Begoña:
7
Drama. Romance Una joven universitaria finlandesa toma un tren hacia Moscú para ir al yacimiento arqueológico de Múrmansk. Allí tendrá que compartir su compartimento con un desconocido, un minero ruso. Esta convivencia y unos encuentros improbables unirán poco a poco a estos dos seres completamente opuestos. (FILMAFFINITY)
23 de agosto de 2022
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces no es necesario expresar lo solos que nos advertimos y únicamente basta con un simple abrazo para sentirnos conectados con alguien; y básicamente esto podría resumir todo el argumento del film.
Laura es una estudiante de arqueología que decide emprender un viaje hasta Mursmank para ver los afamados petroglifos. Nos presenta a su pareja Irina que le tiende una jugarreta (a mí esta chica inmediatamente me cayó fatal) dejándola tirada en el viaje, y por ello se puede explicar la constante cara de palo de Laura desde la fiesta de despedida que le prepara Irina hasta el propio viaje.

Uno de los alicientes de esta película es que se desarrolla en un vagón de tren, por lo que el viaje dura varios días (está enmarcada en la década de los 90; además hay claras referencias como el walkman, la cámara de video o la película de Titanic) y tendrá que compartir compartimento con Lioha, un joven ruso con pinta de hincha del Spartak de Moscú, que bebe licores fortísimos (impresionante la capacidad de esta gente) y te expulsa humo a la cara mientras te pregunta descaradamente por todo. De hecho, Lioja me cae especialmente bien con esa apariencia de incipiente asesino en serie pero al mismo tiempo tierno. Dos desconocidos muy diferentes entre sí, unidos en un diminuto e incómodo compartimento cruzando la fría Rusia que desembocará en una inesperada conexión entre ambos.

Sin necesidad de emplear el sexo como foco de atracción hacia el espectador, el buen trabajo del director reside precisamente en un guión bien elaborado donde una mera mirada o gesto nos hace entender que ambos protagonistas han conectado sentimentalmente bajo todo ese enigma que les sigue envolviendo a cada uno. Y por supuesto el tren, no hay nada más bohemio que viajar en tren, que nos permite observar las capas de diferentes clases sociales (si tienes menos recursos tendrás que compartir cama con tropecientas personas en un vagón), o las inhóspitas estepas rusas, o la preciosa estación de San Petersburgo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Begoña
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