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Voto de Miguel Moreno:
10
Drama Nina (Natalie Portman), una brillante bailarina que forma parte de una compañía de ballet de Nueva York, vive completamente absorbida por la danza. La presión de su controladora madre (Barbara Hershey), la rivalidad con su compañera Lily (Mila Kunis) y las exigencias del severo director (Vincent Cassel) se irán incrementando a medida que se acerca el día del estreno. Esta tensión provoca en Nina un agotamiento nervioso y una confusión ... [+]
27 de diciembre de 2010
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de visionar Black Swan tengo que decir que Aronofsky lo ha vuelto a hacer. Nos revolvió irremediablemente con Requiem por un sueño, y nos emocionó con The Wrestler.

Ahora con Black Swan vuelve a dirigir un film del que será difícil olvidarse.
Desde el primer minuto comprobamos que será imposible apartar los ojos de Natalie Portman. Aparte de que ella es el único centro de la historia, su interpretación es sublime. La banda sonora y en particular el Lago de los cisnes de Tchaikovsky resultan también perfectos, por supuesto, sumergiéndonos en una vorágine de belleza y delirio visual que maneja Aronofsky a la perfección con su estilo propio en todo momento.
Lo cierto es que si te dejas llevar por la historia es tremendamente atractiva. No hay más que fijarse en la actuación de Natalie Portman, perfecta, sin fisuras. Muchos comparan la cinta con "Repulsión" y cierto es que no les falta razón, pero Aronofsky realiza aquí un trabajo impecable y con otros matices. Las personalidades están brillantemente retratadas: La dolida bailarina reemplazada (Winona Ryder) la madre controladora (Hershey) el duro y exigente profesor de baile (Cassel) la rebelde y atrevida (Kunis) y por supuesto la dualidad de esos dos cisnes representada perfectamente por Portman. Del mismo modo está dividida la cinta en dos partes. El comienzo presenta a Nina, el baile es su vida, el papel es su meta, su ilusión. La segunda parte es la metamorfosis del cisne. El cisne blanco, la pureza y la sutilidad, se transforma en el cisne negro, la seducción, el lado oscuro. Es en esa metamorfosis donde Portman consigue que no apartemos los ojos de ella.
La dirección por parte de Aronofsky no carece de excesos visuales, pero todos ellos magníficos. Será posiblemente tildada de efectista y excesiva, pero eso poco importa cuando te tiene totalmente atrapado.
El delirio de Nina y la presión por el papel de reina cisne le llevará a lugares que nunca hubiera querido conocer, atravesando fronteras que la confundirán hasta el límite.

Posee además Aronofsky la capacidad de rodar escenas tan perturbadoras como atrayentes, y hace gala aquí de bastantes. Finalmente mi sensación es que todo rezuma exquisitez, buen gusto, morbo y turbación a partes iguales. Y el final, como debía ser, pone el broche final a un cuento de hadas contemporáneo arrancando el aplauso del espectador que se funde con los que escuchamos de fondo.

Imprescindible, diferente, excesiva y bellísima. De factura impecable. Así es Black Swan.

Y es que a veces, manejar el control requiere saber perderlo. No se la pierdan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miguel Moreno
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