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Voto de seagal4ever:
7
6.5
2,307
Drama
En el sur de Yorkshire, cuando la empresa ferroviaria British Rail es privatizada, los trabajadores se encuentran ante un dilema: acatar las nuevas normas de la compañía o aceptar el despido y pasar a engrosar las listas de las agencias de trabajo temporal. (FILMAFFINITY)
23 de febrero de 2010
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ken Loach en estado puro. Ni más, ni menos. Si te gusta ver retratado en la gran pantalla el mundo de los trabajadores de manera simple, pero efectiva, a sabiendas de que existe un marcado sesgo ideológico a lo largo de todo el discurso, sesgo que por otro lado no incomoda ni perturba en demasía, entonces adelante: ésta es tu película, y Loach es tu hombre.
La trama gira en torno a una cuadrilla de humildes trabajadores que desempeñan su labor en una empresa ferroviaria británica estatal que de la noche a la mañana se privatiza. Tras un proceso que a priori no parecía enmascarar nada más allá de un cambio en el nombre de la compañía, pronto comienzan a producirse toda una serie de sutiles (y no tan sutiles) cambios en la política de la empresa que cristalizan en una pérdida por parte de los trabajadores de parte de sus derechos. Mientras algunos empleados deciden marcharse de la empresa y probar suerte en el mundo de las empresas de trabajo temporal (ETT), otros intentan amoldarse como buenamente pueden a los cambios, pero no será fácil...
Que diga que Ken Loach tiene tantos seguidores como detractores es una auténtica perogrullada. Sin embargo, lo que no termino de comprender muy bien del todo es por qué existe un extremismo tan evidente hacia el cine de este hombre. La principal crítica que se le hace es el marcado sesgo ideológico y didáctico que impregna cada uno de sus filmes, y que se sitúa siempre en favor de la clase trabajadora y de lo maravillosa que es en detrimento de los maquiavélicos jefes de las grandes corporaciones. Pero seamos sinceros, lo verdaderamente mosqueante sería lo contrario: es decir, que encima los trabajadores quedaran como los malos de la película mientras los "bondadosos" jefes de las multinacionales se vanagloriaran de su infinita bondad para con el vago y saca cuartos trabajador de turno...
En fin, personalmente no me considero ni un gran defensor de este hombre ni un enemigo de su cine, más bien me sitúo en un punto medio, como creo que hace la mayoría silenciosa que no se dedica a despotricar ni a poner sobre las nubes públicamente a Loach.
La trama gira en torno a una cuadrilla de humildes trabajadores que desempeñan su labor en una empresa ferroviaria británica estatal que de la noche a la mañana se privatiza. Tras un proceso que a priori no parecía enmascarar nada más allá de un cambio en el nombre de la compañía, pronto comienzan a producirse toda una serie de sutiles (y no tan sutiles) cambios en la política de la empresa que cristalizan en una pérdida por parte de los trabajadores de parte de sus derechos. Mientras algunos empleados deciden marcharse de la empresa y probar suerte en el mundo de las empresas de trabajo temporal (ETT), otros intentan amoldarse como buenamente pueden a los cambios, pero no será fácil...
Que diga que Ken Loach tiene tantos seguidores como detractores es una auténtica perogrullada. Sin embargo, lo que no termino de comprender muy bien del todo es por qué existe un extremismo tan evidente hacia el cine de este hombre. La principal crítica que se le hace es el marcado sesgo ideológico y didáctico que impregna cada uno de sus filmes, y que se sitúa siempre en favor de la clase trabajadora y de lo maravillosa que es en detrimento de los maquiavélicos jefes de las grandes corporaciones. Pero seamos sinceros, lo verdaderamente mosqueante sería lo contrario: es decir, que encima los trabajadores quedaran como los malos de la película mientras los "bondadosos" jefes de las multinacionales se vanagloriaran de su infinita bondad para con el vago y saca cuartos trabajador de turno...
En fin, personalmente no me considero ni un gran defensor de este hombre ni un enemigo de su cine, más bien me sitúo en un punto medio, como creo que hace la mayoría silenciosa que no se dedica a despotricar ni a poner sobre las nubes públicamente a Loach.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
A lo que vamos. "La cuadrilla" resulta una interesante radiografía del estamento trabajador en una empresa de ferrocarriles británica. Un grupo heterogéneo de personas que viven humildemente y buscan trabajar con la mayor alegría que les es posible. A este respecto no tienen desperdicio las escenas iniciales de la reunión y el aire rebosante de camaradería que se respira entre los trabajadores. Incluso me ha llegado a sorprender que se retrate a los curritos de una manera tan cercana y natural. Sin duda el gran punto fuerte del filme.
En cuanto al desarrollo del guión, la cosa ya es más peliaguda. Indudablemente el discurso de Loach busca concienciar sobre los peligros que para el trabajador supone la privatización de las empresas. Incluso hasta llegar al extremo de que el pobre empleado quiere trabajar, lo desea, quiere ejercer su derecho al trabajo, pero se ve impedido por un sinfín de trabas y elementos burocráticos que el sistema impone entre él y el trabajo.
El auge de las ETT es reflejado de manera bastante cercana y real, por supuesto mostrando casos extremos para poner de manifiesto los aspectos más conflictivos del sistema y sacar a relucir sus fallos. Bien, es cierto que Ken Loach fuerza la situación de manera bastante acusada y termina por llevarla al límite en algunas circunstancias, pero no deja de ser un mecanismo del cual el cine se ha valido desde sus mismos orígenes.
Más inverosímil resulta el último tramo de película, donde los trabajadores se ven obligados a trabajar prácticamente en situaciones que bordean la ilegalidad y que se termina traduciendo todo ello en la muerte de uno de los humildes trabajadores por culpa de una negligencia en cadena. Creo que se fuerza demasiado la situación en ese punto, y no termina de sorprendernos del todo porque ya nada más ver la escena que abre la película parecía evidente que tarde o temprano iba a producirse un accidente de similares características.
En cualquier caso me quedo con los elementos positivos de este filme, que dicho sea de paso no son pocos. Bajo esa banda sonora jazzística de lo más simpática se esconde una historia que en definitiva no es más que un elogio a la figura del trabajador. Quizás se trate de una visión un tanto maniquea de la situación, sí, es bastante probable, pero el mensaje que transmite debería darnos que pensar a todos nosotros porque no es algo que nos sea completamente ajeno, a menos que formemos parte del selecto grupo de los dirigentes, cosa poco probable y, en muchas ocasiones, pienso, igualmente indeseable.
En cuanto al desarrollo del guión, la cosa ya es más peliaguda. Indudablemente el discurso de Loach busca concienciar sobre los peligros que para el trabajador supone la privatización de las empresas. Incluso hasta llegar al extremo de que el pobre empleado quiere trabajar, lo desea, quiere ejercer su derecho al trabajo, pero se ve impedido por un sinfín de trabas y elementos burocráticos que el sistema impone entre él y el trabajo.
El auge de las ETT es reflejado de manera bastante cercana y real, por supuesto mostrando casos extremos para poner de manifiesto los aspectos más conflictivos del sistema y sacar a relucir sus fallos. Bien, es cierto que Ken Loach fuerza la situación de manera bastante acusada y termina por llevarla al límite en algunas circunstancias, pero no deja de ser un mecanismo del cual el cine se ha valido desde sus mismos orígenes.
Más inverosímil resulta el último tramo de película, donde los trabajadores se ven obligados a trabajar prácticamente en situaciones que bordean la ilegalidad y que se termina traduciendo todo ello en la muerte de uno de los humildes trabajadores por culpa de una negligencia en cadena. Creo que se fuerza demasiado la situación en ese punto, y no termina de sorprendernos del todo porque ya nada más ver la escena que abre la película parecía evidente que tarde o temprano iba a producirse un accidente de similares características.
En cualquier caso me quedo con los elementos positivos de este filme, que dicho sea de paso no son pocos. Bajo esa banda sonora jazzística de lo más simpática se esconde una historia que en definitiva no es más que un elogio a la figura del trabajador. Quizás se trate de una visión un tanto maniquea de la situación, sí, es bastante probable, pero el mensaje que transmite debería darnos que pensar a todos nosotros porque no es algo que nos sea completamente ajeno, a menos que formemos parte del selecto grupo de los dirigentes, cosa poco probable y, en muchas ocasiones, pienso, igualmente indeseable.