Me encanta cada vez que la veo. Es la historia de dos personalidades que no tienen nada en común y ahí reside uno de los encantos de la película, que se encuentran un día por casualidad -cosas del azar, el destino... esas cosas- en un bar de copas del Madrid "postmovida" y casi como sin querer inician una relación a lo largo de unos tres años con contínuos encuentros y separaciones pero siempre de una manera muy divertida.
El carácter amable y sencillo de toda la trama y los personajes hace que se vea con una sonrisa en la cara durante todo el tiempo, mezclado con algunas secuencias que son divertidas a la par que muy cercanas a todos.
Es el papel más destacable de Pere Ponce en la gran pantalla. Hay que recordar también que es de los primeros papeles de todo el reparto incluyendo a los secundarios, a excepción del genial Cassen que aparece poco como padre del protagonista.

Quién no se enamoraría de Ariadna Gil en la película, siempre con esa sonrisa y ese carácter tan dulce. Tú volverás... yo ya lo sé.