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Terror
Primera de las adaptaciones de Takashi Shimizu sobre la historia de la maldición (ju-on), que se editó en video. Ju-On es la maldición del que muere presa de la rabia. Ésta se concentra y actúa en los lugares donde vivió la persona. Los que la encuentran mueren y nace una nueva maldición. El pequeño Toshió no va a clase últimamente, por eso su profesor Mr. Kobayashi decide ir a su casa. Toshio está solo, en medio de un caos total. Sus ... [+]
21 de julio de 2021
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“Ju-on: maldición de alguien que muere preso de una ira intensa. Esta queda acumulada donde dicha persona estuvo en vida. Quienes van a parar a ella sufren sus efectos, mueren y se genera una nueva maldición”
El origen del singular trabajo de Shimizu dentro del género de terror nace de esta particular producción televisiva. Nos encontramos aquí con un telefilme que junto al siguiente, que realizará el mismo año, forman parte de unas historias de terror producidas para una compañía de telefonía móvil japonesa. Es el debut de Takashi Shimizu en la dirección. Procedente del mundo del teatro y estudiante de la escuela de cine, sus proyectos inspiraron tan buen rollito entre los productores nipones que no tuvo ni siquiera que acabar sus estudios para ponerse manos a la obra.
La historia es bastante simple: “Un esposo asesina a su mujer y a su hijo por celos. El maestro, extrañado de la ausencia del niño en clase, irá a la casa descubriendo el fantasma de la madre con fatales consecuencias para él. Unos nuevos inquilinos llegan un tiempo después y desaparecen también en extrañas circunstancias. La policía iniciará una investigación”.
La particularidad del film radica más en la peculiar construcción de la película (dividida en episodios desordenados cronológicamente) y en el ambiente de angustia y opresión que el director consigue imprimir más que en la propia historia. Sin duda es un buen ejemplo, no el mejor todo hay que decirlo, de cine de terror japonés en cuanto a la creación de una atmósfera que consiga intrigar al espectador a la vez que espantarlo.
El film está dividido en varios episodios, titulados con los nombres de los protagonistas, interrelacionados entre si y donde poco a poco se van desarrollando los personajes y las situaciones de terror. Podemos decir que cada episodio tiene su propia introducción, desarrollo y clímax mientras nos van dando cada vez mayor información sobre lo que ocurrió en aquella casa.
Esta partición de la historia tendrá su mejor exponente en “La maldición”, donde todos estos elementos llegarán a cuadrar de una forma casi perfecta.
Es cierto que en varios momentos se aprecia que es un telefilm y hay un uso de algunos elementos que rayan lo excesivo en algunas escenas (en especial en el manejo de la tensión ante las apariciones de los espectros ya que llega un momento en que difícilmente se puede lograr un clímax mayor) pero también es verdad que tanto el tratamiento del sonido como el de la fotografía son de una calidad bastante decente.
Es más, en algunas escenas, Shimizu nos deslumbra con haces de luces amarillentas atravesando las habitaciones donde habita el mal en un recurso quizás exagerado pero siempre efectivo. ¿Quién no se queda con la boca abierta cuando el actor de turno abre una persiana y la luz invade la habitación como si de un cuadro de Caravaggio se tratara?
Después de todo “Ju On” es un germen de una gran película de terror, un proyecto prometedor que dará sus frutos en las versiones que hará Shimizu para el cine. Pero como “opera prima” y comprobación de lo que se puede hacer con un presupuesto ajustado y mínimo, atención para los jóvenes realizadores, es un claro ejemplo de dedicación y saber cinematográfico.
A continuación en spoiler os desarrollo los distintos episodios y momentos que más me han impresionado.
El origen del singular trabajo de Shimizu dentro del género de terror nace de esta particular producción televisiva. Nos encontramos aquí con un telefilme que junto al siguiente, que realizará el mismo año, forman parte de unas historias de terror producidas para una compañía de telefonía móvil japonesa. Es el debut de Takashi Shimizu en la dirección. Procedente del mundo del teatro y estudiante de la escuela de cine, sus proyectos inspiraron tan buen rollito entre los productores nipones que no tuvo ni siquiera que acabar sus estudios para ponerse manos a la obra.
La historia es bastante simple: “Un esposo asesina a su mujer y a su hijo por celos. El maestro, extrañado de la ausencia del niño en clase, irá a la casa descubriendo el fantasma de la madre con fatales consecuencias para él. Unos nuevos inquilinos llegan un tiempo después y desaparecen también en extrañas circunstancias. La policía iniciará una investigación”.
La particularidad del film radica más en la peculiar construcción de la película (dividida en episodios desordenados cronológicamente) y en el ambiente de angustia y opresión que el director consigue imprimir más que en la propia historia. Sin duda es un buen ejemplo, no el mejor todo hay que decirlo, de cine de terror japonés en cuanto a la creación de una atmósfera que consiga intrigar al espectador a la vez que espantarlo.
El film está dividido en varios episodios, titulados con los nombres de los protagonistas, interrelacionados entre si y donde poco a poco se van desarrollando los personajes y las situaciones de terror. Podemos decir que cada episodio tiene su propia introducción, desarrollo y clímax mientras nos van dando cada vez mayor información sobre lo que ocurrió en aquella casa.
Esta partición de la historia tendrá su mejor exponente en “La maldición”, donde todos estos elementos llegarán a cuadrar de una forma casi perfecta.
Es cierto que en varios momentos se aprecia que es un telefilm y hay un uso de algunos elementos que rayan lo excesivo en algunas escenas (en especial en el manejo de la tensión ante las apariciones de los espectros ya que llega un momento en que difícilmente se puede lograr un clímax mayor) pero también es verdad que tanto el tratamiento del sonido como el de la fotografía son de una calidad bastante decente.
Es más, en algunas escenas, Shimizu nos deslumbra con haces de luces amarillentas atravesando las habitaciones donde habita el mal en un recurso quizás exagerado pero siempre efectivo. ¿Quién no se queda con la boca abierta cuando el actor de turno abre una persiana y la luz invade la habitación como si de un cuadro de Caravaggio se tratara?
Después de todo “Ju On” es un germen de una gran película de terror, un proyecto prometedor que dará sus frutos en las versiones que hará Shimizu para el cine. Pero como “opera prima” y comprobación de lo que se puede hacer con un presupuesto ajustado y mínimo, atención para los jóvenes realizadores, es un claro ejemplo de dedicación y saber cinematográfico.
A continuación en spoiler os desarrollo los distintos episodios y momentos que más me han impresionado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En el episodio de “Toshio” se nos muestra la primera parte del origen de la maldición. El profesor Kobayashi, después de una pequeña introducción donde se nos muestra a su esposa embarazada, acude al hogar de uno de sus alumnos, Toshio, al que encuentra solo y abandonado. La casa está echa un desastre y decide esperar la vuelta de sus padres. El profesor se asoma por la ventana, el director nos muestra un plano desde fuera de la casa en ese momento, cuando una mujer vestida de blanco se asoma por la terraza de arriba. Realmente inquietante y quizás el mejor plano del film.
En “Auki” asistimos a la historia central del film. Las desventuras de la familia Murakami. Yuki da clases particulares a Kanna Murakami en la misma casa años después de la historia anterior, cuando esta marcha de repente a la escuela para alimentar a las mascotas de su clase (se ve que este tipo de cosas es algo típico en Japón). Auki será victima de la maldición después de unos momentos que para algunos se nos harán eternos.
El episodio de “Mizuho” gira en torno a la novia de Mizuho, el hermano de Kanna que en el episodio anterior aparecía más que de secundario de terciario. Han quedado en el colegio pero nadie sabe nada de Mizuho. Después de recorrer el colegio y esperar en la sala de profesores sufrirá la venganza de un Toshio fantasmal. Es curioso que el móvil que encuentra en el colegio y el que origina la aparición de Toshio es el mismo que utilizaba el profesor Kobayashi. Un elemento de conexión.
El espectro de Toshio ya se ha materializa en su enfermizo aspecto, con su tono azulado de piel y sus gestos característicos.
En “Kanna” se realiza la investigación sobre las muertes en el colegio donde encuentran una mandíbula, entre los restos descuartizados de dos personas que no encaja en las victimas descubiertas. Kanna volverá a su casa sin mandíbula provocando el terror de su santa madre con siniestras consecuencias para ambas. Quizás un poco “gore” pero muy pero que muy efectivo.
En el episodio titulado “Kayaco” asistimos al final de la historia del profesor Kobayashi con las escenas más logradas del film. Se descubre el origen de la maldición, la madre de Toshio estaba enamorada del maestro de su hijo. El marido lo descubre y la asesina escondiéndola en el desván. Kobayashi acabará descubriéndolo. También descubrirá el funesto fin de su mujer embarazada que ha recibido la visita del díscolo marido…
Es en este momento, el más terrorífico, asistiremos al descendimiento del fantasma de Kayaco por las escaleras. En una palabra, acojonante. La forma que tiene Kayaco de bajar la escalera, con el rostro sangrando sumado al trabajo en la dirección consiguen mantener la angustia y el ritmo en una secuencia que se convertirá en marca de la casa en las siguientes secuelas.
En el episodio de “Taeko” asistimos finalmente a la conclusión. La casa ha sido abandonada después de las muertes de la familia Murakami y nadie quiere comprarla. Taeko, la hermana del agente inmobiliario, intentará limpiar la casa del mal que contiene pero pronto descubrirá que no es posible. Finalmente una nueva familia se instala, los Kitada, que no tienen conciencia de lo que les espera.
En “Auki” asistimos a la historia central del film. Las desventuras de la familia Murakami. Yuki da clases particulares a Kanna Murakami en la misma casa años después de la historia anterior, cuando esta marcha de repente a la escuela para alimentar a las mascotas de su clase (se ve que este tipo de cosas es algo típico en Japón). Auki será victima de la maldición después de unos momentos que para algunos se nos harán eternos.
El episodio de “Mizuho” gira en torno a la novia de Mizuho, el hermano de Kanna que en el episodio anterior aparecía más que de secundario de terciario. Han quedado en el colegio pero nadie sabe nada de Mizuho. Después de recorrer el colegio y esperar en la sala de profesores sufrirá la venganza de un Toshio fantasmal. Es curioso que el móvil que encuentra en el colegio y el que origina la aparición de Toshio es el mismo que utilizaba el profesor Kobayashi. Un elemento de conexión.
El espectro de Toshio ya se ha materializa en su enfermizo aspecto, con su tono azulado de piel y sus gestos característicos.
En “Kanna” se realiza la investigación sobre las muertes en el colegio donde encuentran una mandíbula, entre los restos descuartizados de dos personas que no encaja en las victimas descubiertas. Kanna volverá a su casa sin mandíbula provocando el terror de su santa madre con siniestras consecuencias para ambas. Quizás un poco “gore” pero muy pero que muy efectivo.
En el episodio titulado “Kayaco” asistimos al final de la historia del profesor Kobayashi con las escenas más logradas del film. Se descubre el origen de la maldición, la madre de Toshio estaba enamorada del maestro de su hijo. El marido lo descubre y la asesina escondiéndola en el desván. Kobayashi acabará descubriéndolo. También descubrirá el funesto fin de su mujer embarazada que ha recibido la visita del díscolo marido…
Es en este momento, el más terrorífico, asistiremos al descendimiento del fantasma de Kayaco por las escaleras. En una palabra, acojonante. La forma que tiene Kayaco de bajar la escalera, con el rostro sangrando sumado al trabajo en la dirección consiguen mantener la angustia y el ritmo en una secuencia que se convertirá en marca de la casa en las siguientes secuelas.
En el episodio de “Taeko” asistimos finalmente a la conclusión. La casa ha sido abandonada después de las muertes de la familia Murakami y nadie quiere comprarla. Taeko, la hermana del agente inmobiliario, intentará limpiar la casa del mal que contiene pero pronto descubrirá que no es posible. Finalmente una nueva familia se instala, los Kitada, que no tienen conciencia de lo que les espera.