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Voto de LAHETITIA:
8
6.7
4,147
Drama. Comedia
Ana, una adolescente mexicoestadounidense, está a punto de convertirse en mujer. Vive en la comunidad hispana del Este de Los Ángeles, y recién acabado el instituto su profesor la anima para que solicite una beca para estudiar en la Universidad de Columbia. Pero sus tradicionales padres piensan que no es tiempo para estudiar, sino para ayudar a su familia. Dividida entre sus ambiciones personales y su tradición cultural, accede a ... [+]
9 de agosto de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una película que sí bien en un principio puede “sonar” a historia recurrente, tiene como novedad la forma en contar la historia y el ejercicio de reflexión a que incitaen cuanto a : Mujer, familia, sociedad y cultura. La interpretación de América Ferrer y los demás actores está de “creérsela”, el guión y el metraje bien definidos y propicios. Adicionalmente, cuenta con una cuota de humor ingenioso y no rebuscado, apto para todos los gustos, me gustó el trabajo de Patricia Cardoso.
Se nos recrea aquí la vida de una familia mexicana que vive en los Estados Unidos, claro está enfocando a su protagonista Ana (interpretada por América Ferrera), una adolescente que termina sus ciclo en el instituto, y a la cual la rodea las propias circunstancias de la vida en este punto: las metas personales, la femineidad, la sexualidad, la familia, el entorno, LA IMAGEN. Pero más allá de mostrar dicha situación este film, nos coloca en los zapatos de Ana y nos muestra la una familia tradicional mexicana (ejemplificación de la familia latina), en todos sus aspectos: la familia como institución, la familia cultura y tradición, la familia: unión y amor y la familia y la sociedad. “Las mujeres de verdad tienen curvas”, descansa en dos pilares:
1. La mujer, su desarrollo integral: la femineidad, el desarrollo en la sociedad (metas personales), su rol en la familia.
2. La familia.
Y, tanto Ana como su familia contextualizadas en una sociedad distante: la sociedad Norte Americana.
Ponernos en los zapatos de Ana no es fácil, pero la película logra que lo hagamos. Su protagonista, una mujer inteligente, con kilos de más, adolescente y en el seno de familia tradicional mexicana, en medio de una sociedad muy diferente, enfrenta a los propios dilemas de toda mujer que se siente llamada al desarrollo de sí misma. Catalogada como una mujer gorda –incluso por su propia madre, que jamás entrará en los vestidos que confecciona su hermana-, debe tomar una decisión: cumplir sus metas o ser una buena madre y esposa. Cumplir sus metas, es el desarrollo personal, la educación y la construcción de su “propio modelo de feminidad”, la construcción, desarrollo y fundación de sí misma (libertad!). Pero su construcción de sí misma, cuestiona los modelos tradicionales de la belleza, de la sexualidad y de lo que estaba planeado para ella por su familia.
(Continuo en el spoiler, sin resumenes de la película).
Se nos recrea aquí la vida de una familia mexicana que vive en los Estados Unidos, claro está enfocando a su protagonista Ana (interpretada por América Ferrera), una adolescente que termina sus ciclo en el instituto, y a la cual la rodea las propias circunstancias de la vida en este punto: las metas personales, la femineidad, la sexualidad, la familia, el entorno, LA IMAGEN. Pero más allá de mostrar dicha situación este film, nos coloca en los zapatos de Ana y nos muestra la una familia tradicional mexicana (ejemplificación de la familia latina), en todos sus aspectos: la familia como institución, la familia cultura y tradición, la familia: unión y amor y la familia y la sociedad. “Las mujeres de verdad tienen curvas”, descansa en dos pilares:
1. La mujer, su desarrollo integral: la femineidad, el desarrollo en la sociedad (metas personales), su rol en la familia.
2. La familia.
Y, tanto Ana como su familia contextualizadas en una sociedad distante: la sociedad Norte Americana.
Ponernos en los zapatos de Ana no es fácil, pero la película logra que lo hagamos. Su protagonista, una mujer inteligente, con kilos de más, adolescente y en el seno de familia tradicional mexicana, en medio de una sociedad muy diferente, enfrenta a los propios dilemas de toda mujer que se siente llamada al desarrollo de sí misma. Catalogada como una mujer gorda –incluso por su propia madre, que jamás entrará en los vestidos que confecciona su hermana-, debe tomar una decisión: cumplir sus metas o ser una buena madre y esposa. Cumplir sus metas, es el desarrollo personal, la educación y la construcción de su “propio modelo de feminidad”, la construcción, desarrollo y fundación de sí misma (libertad!). Pero su construcción de sí misma, cuestiona los modelos tradicionales de la belleza, de la sexualidad y de lo que estaba planeado para ella por su familia.
(Continuo en el spoiler, sin resumenes de la película).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hubo un momento en la película en que Ana acepta que quiere bajar de peso, pero lo pone en contrapeso al intelecto, pesó más para ella el segundo sin menospreciar el primero, porque ella misma toma y desarrolla su propio modelo de mujer y persona que quiere ser.
…Y es aquí donde la película genera el primer ejercicio de reflexión planteándome las siguientes inquietudes:
-¿Hasta cuándo (y hasta dónde) estaremos las mujeres luchando por alcanzar estos estándares de belleza impulsados por la sociedad y que a su vez son inalcanzables? ¿Esto es importante para nuestro propio desarrollo integral ( y concepto de feminidad) , o para tener cabida en la sociedad?
-¿La sociedad sí nos está pidiendo ideas o imagen? Hasta qué punto hay doble moral? No llevamos ya bastante tiempo con este discurso, pero en la práctica es inexistente?
De otro lado, la familia de Ana parece tener ya muy claro el camino que ella debe seguir. Las esperanzas de su madre reposan en el matrimonio (siendo virgen, por supuesto!), con buen marido (que lo puede lograr si baja de peso!), hijos y que más tarde cuide de ella, porque eso es ser una buena mujer, eso es lo que fue su madre, y desde luego, desde la perspectiva de esta (la madre) este camino de bien no es compatible con la educación y las metas de Ana. Así, el film nos retrata una familia tradicional mexicana. Sí bien hay un choque generacional (como siempre lo habrán, no?) entre madre e hija, y se ven tradiciones claras de una familia mexicana (la religión, la virginidad, la casa familiar, el ideal del trabajo, la unión), me parece que la película no estigmatiza (ni utiliza discursos recurrentes, como la familia anticuada u ocurrente, los latinos y sus “particularidades” etc…) a la familia como institución, ni sus tradiciones. Po r el contrario, pese a mostrar las diferencias (se viven en todas las familias, no?) , también muestra la familia como amor, apoyo, tradición, respeto, CULTURA. Incluso la protagonista descubre a su propia familia. También hay un momento en que el padre dice que no se opone a que su hija estudie, lo que no quiere es que su familia se separe.
Y aquí de nuevo la película obliga a hacer el ejercicio de reflexionar:
-¿Se puede evaluar la cultura?, y sí se puede ¿Cuál es o son los referentes para evaluarla?
Definitivamente las mujeres de verdad tienen curvas e ideas propias.
Otro aspecto que tocó la película y que merece atenderlo, es el abuso al trabajador inmigrante en los Estados Unidos.
PD. Debo aceptar, que yo no conocía a esta directora y la sorpresa ha sido muy grata.
…Y es aquí donde la película genera el primer ejercicio de reflexión planteándome las siguientes inquietudes:
-¿Hasta cuándo (y hasta dónde) estaremos las mujeres luchando por alcanzar estos estándares de belleza impulsados por la sociedad y que a su vez son inalcanzables? ¿Esto es importante para nuestro propio desarrollo integral ( y concepto de feminidad) , o para tener cabida en la sociedad?
-¿La sociedad sí nos está pidiendo ideas o imagen? Hasta qué punto hay doble moral? No llevamos ya bastante tiempo con este discurso, pero en la práctica es inexistente?
De otro lado, la familia de Ana parece tener ya muy claro el camino que ella debe seguir. Las esperanzas de su madre reposan en el matrimonio (siendo virgen, por supuesto!), con buen marido (que lo puede lograr si baja de peso!), hijos y que más tarde cuide de ella, porque eso es ser una buena mujer, eso es lo que fue su madre, y desde luego, desde la perspectiva de esta (la madre) este camino de bien no es compatible con la educación y las metas de Ana. Así, el film nos retrata una familia tradicional mexicana. Sí bien hay un choque generacional (como siempre lo habrán, no?) entre madre e hija, y se ven tradiciones claras de una familia mexicana (la religión, la virginidad, la casa familiar, el ideal del trabajo, la unión), me parece que la película no estigmatiza (ni utiliza discursos recurrentes, como la familia anticuada u ocurrente, los latinos y sus “particularidades” etc…) a la familia como institución, ni sus tradiciones. Po r el contrario, pese a mostrar las diferencias (se viven en todas las familias, no?) , también muestra la familia como amor, apoyo, tradición, respeto, CULTURA. Incluso la protagonista descubre a su propia familia. También hay un momento en que el padre dice que no se opone a que su hija estudie, lo que no quiere es que su familia se separe.
Y aquí de nuevo la película obliga a hacer el ejercicio de reflexionar:
-¿Se puede evaluar la cultura?, y sí se puede ¿Cuál es o son los referentes para evaluarla?
Definitivamente las mujeres de verdad tienen curvas e ideas propias.
Otro aspecto que tocó la película y que merece atenderlo, es el abuso al trabajador inmigrante en los Estados Unidos.
PD. Debo aceptar, que yo no conocía a esta directora y la sorpresa ha sido muy grata.