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Voto de Telemaco:
7
7.2
43,918
Musical. Drama. Romance
El expresidiario Jean Valjean (Hugh Jackman) es perseguido durante décadas por el despiadado policía Javert (Russell Crowe). Cuando Valjean decide hacerse cargo de Cosette, la pequeña hija de Fantine (Anne Hathaway), sus vidas cambiarán para siempre. Adaptación cinematográfica del famoso musical 'Les miserables' de Claude-Michel Schönberg y Alain Boublil, basado a su vez en la novela homónima de Victor Hugo. (FILMAFFINITY)
25 de enero de 2013
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No me he leído la obra de V. Hugo y es un problema a la hora de escribir esto porque no sé si las limitaciones de la película son del libro o de los creadores, pero allá va. Según tengo entendido, la obra de Victor H. es una denuncia contra las injusticias y una defensa de los oprimidos atemporal, sin atender a la época a la que pertenecen. A mi esto ya me toca las pelotas, perdóneseme. Gracias a esta película descubrimos que, además de ricos, guapos y famosos; Crowe, Jackman, Amanda y demás superestrellas...cantan bien. ¿Y qué más? ¿Dónde quedó mi parte cuando repartieron el pan? Venga ya.
Como decía, tampoco sé si la novela de V.H. tiene un final tan repugnante como el de la película, donde se recurre a la religión para sustentarlo todo (ver spoiler) o el culpable a sido la larga sombra de Hollywood (o de Broadway, lo mismo da). En cualquier caso, la película empeora a partir de la mitad. La primera parte es muy buena, con un Jackman sensacional, pero luego te encuentras con esa edulcorada y tediosa historia de amor llena de tópicos y es cuando van cayendo estrellitas de la puntuación. Guapa ella, guapo él...lo de siempre, si es que no hay por donde cogerlo.
Las demás estrellitas son por la música, es un musical, luego si la música es buena la película no puede ser mala aun con todo lo que se han empeñado en lograrlo. Eso sí, te vas a cansar de escuchar el "Do You Hear The People Sing?" que la machacan en la segunda mitad como si de la radiofórmula se tratara. Decorados y fotografía bien, actores bien. Y poco más. Bueno sí, una cosa más. No emociona lo que debería o lo que presupone, Hooper embadurna la cámara con lagrimones y mugre entre las uñas. Esfuerzo futil, así no se emociona, Hooper. Para más información preguntar por Pixar.
Quiero terminar hablando de Los Miserables. De la palabra, en realidad. "Miserable" posee una polisemia deliciosa conservada en todos los idiomas latinos. Hace referencia a la miseria, a la podredumbre material, al hambre y a la desesperación; pero también a la perversión, a la crueldad, la podredumbre de espíritu, la envidia y la inquina. Alguien pobre será un miserable en la primera acepción, mientras que un miserable puede o no ser pobre. En la película hay mucha pobreza, suciedad, dientes podridos, hambre y rostros demacrados; pero poca miseria de índole moral. Curiosamente, donde más abunda esta última corresponde con la mejor mitad de la película, la primera.
En resumen, como musical la película es espléndida, como drama social es una porquería.
Como decía, tampoco sé si la novela de V.H. tiene un final tan repugnante como el de la película, donde se recurre a la religión para sustentarlo todo (ver spoiler) o el culpable a sido la larga sombra de Hollywood (o de Broadway, lo mismo da). En cualquier caso, la película empeora a partir de la mitad. La primera parte es muy buena, con un Jackman sensacional, pero luego te encuentras con esa edulcorada y tediosa historia de amor llena de tópicos y es cuando van cayendo estrellitas de la puntuación. Guapa ella, guapo él...lo de siempre, si es que no hay por donde cogerlo.
Las demás estrellitas son por la música, es un musical, luego si la música es buena la película no puede ser mala aun con todo lo que se han empeñado en lograrlo. Eso sí, te vas a cansar de escuchar el "Do You Hear The People Sing?" que la machacan en la segunda mitad como si de la radiofórmula se tratara. Decorados y fotografía bien, actores bien. Y poco más. Bueno sí, una cosa más. No emociona lo que debería o lo que presupone, Hooper embadurna la cámara con lagrimones y mugre entre las uñas. Esfuerzo futil, así no se emociona, Hooper. Para más información preguntar por Pixar.
Quiero terminar hablando de Los Miserables. De la palabra, en realidad. "Miserable" posee una polisemia deliciosa conservada en todos los idiomas latinos. Hace referencia a la miseria, a la podredumbre material, al hambre y a la desesperación; pero también a la perversión, a la crueldad, la podredumbre de espíritu, la envidia y la inquina. Alguien pobre será un miserable en la primera acepción, mientras que un miserable puede o no ser pobre. En la película hay mucha pobreza, suciedad, dientes podridos, hambre y rostros demacrados; pero poca miseria de índole moral. Curiosamente, donde más abunda esta última corresponde con la mejor mitad de la película, la primera.
En resumen, como musical la película es espléndida, como drama social es una porquería.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La historia de amor es repulsiva en serio, no sé que pretendían colar pero da vergüenza ajena joder. Puedo tolerar la falta de realismo en el sacrificio de Eponine por su amor no correspondido, a fin de cuentas la novela pertenece al romanticismo, no así el desenlace. Resulta que, en un acto de rebeldía juvenil, Marius rechaza sus orígenes adinerados y se une al pueblo llano en su lucha contra la injusticia opresora. Bien. Guay. Una vez fracasada la rebelión, con los pobres igual de pobres, sus amigos más muertos que antes; unas lágrimas desconsoladas por los caídos y pa casa-palacio del abuelo rico con la tia buena. Quien te ha visto y quien te ve querido Marius. Rebelde sí, pero no tonto. El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Final feliz.
El final. La religión es el opio del pueblo, que no importa cuanto sufran los miserables o el propio Jackman, pues en la próxima vida todos los días son amaneceres gloriosos, los amigos se reencuentran y las revoluciones triunfan. Eso sí, en la otra vida. En esta pueden seguir pasando hambre y penurias, que total, solo son unos años. Y eso que no soy comunista, llámenme romántico.
El final. La religión es el opio del pueblo, que no importa cuanto sufran los miserables o el propio Jackman, pues en la próxima vida todos los días son amaneceres gloriosos, los amigos se reencuentran y las revoluciones triunfan. Eso sí, en la otra vida. En esta pueden seguir pasando hambre y penurias, que total, solo son unos años. Y eso que no soy comunista, llámenme romántico.