Lo bueno:
- La secuencia de inicio, donde se explica la huida de Aioros de Sagitario del Santuario para rescatar a Athena y como la encuentra Mitsumasa Kido. Muy muy lograda, en mi opinión.
- El sentido del humor. En el anime no había mucho tiempo para el humor, especialmente cuando ya estaban metidos de lleno en el frenesí de la batalla, pero aquí se lo permiten. Como el momento en el que Hyoga deja caer a Seiya y Saori o la manía de Shiryuu de llevar en todo momento la armadura. El momento en el que más me reí fue cuando Shiryuu empieza a explicar en tono grandilocuente: "Ésa es la casa de Aries. Hay que pasar por ella para llegar al Templo. Y luego hay que pasar por la de Tauro, y por la de Géminis, y por..." y Seiya le corta "que sí, que hay que pasar por las 12 y punto". Es una autocrítica a la propia serie donde explicaban las cosas mil veces. Me pareció un buen golpe de efecto.
- Las secuencias en las que se visten la armadura son tan... reales y a la vez épicas. Si hasta cuando se la pone Seiya, que no es para nada mi favorito, me gustó. Y con los ataques exactamente lo mismo (mención personal a la animación de la Cadena de Andrómeda. Flipante).
- Se centran bastante en el personaje de Saori, y su evolución parece incluso más lógica que en la serie. Te la muestran con sus miedos, sus reparos, su sorpresa inicial a ser la reencarnación de Athena. También el hecho de que les acompañe en parte de la odisea de las Doce Casas y se empeñe en curarles aunque ello pueda costarle la vida. Y el discurso final es digno de una diosa, literalmente.
- Aunque es un despropósito respecto al original, me pareció bien que un Santo de Oro (Milo de Escorpio) fuera una mujer. ¿Por qué no, oiga? Que podía haber sido otro, pues vale, pero me gustó el detalle. Y también la propia emulación a la serie y a la regla de que las mujeres Santos deben llevar el rostro cubierto (es la única que lleva el yelmo de la armadura en la escena final).
- Se respetan batallas tan recordadas como las de Seiya-Aldebarán, Shiryuu-Máscara de Muerte o Hyoga-Camus. Y además son prácticamente iguales a como fueron en la serie. También la posesión de Aioria de Leo por parte del Patriarca y su enfrentamiento con los jóvenes protagonistas.
- Admito que me emocioné cuando Saori despierta y ve a Seiya sosteniéndola en el aire y vistiendo la Armadura de Sagitario.
- Los protagonistas tienen 16 años. No 13, 16. Algo mucho más lógico que en la serie original. Una edad de adolescentes y no de niños sí que me la creo.

Lo malo:
- Me ha dolido en el corazón que ni Shun ni Ikki (mis personajes favoritos del anime) tuvieran su momento de gloria. Es decir... Shun solo puede dar un mini-discurso antes de ser vapuleado por Shura. E Ikki aparece solo para recibir el mismo trato. Son sin duda los del quinteto protagonista que menos metraje tienen y, aunque duela, en la película su presencia es prácticamente anecdótica. Y eso que Ikki era famoso por sus apariciones triunfales... en fin.
- Algunos Santos Dorados son ninguneados. Afrodita de Piscis (para no romper la racha, vamos...) o Dokho de Libra (que se le menciona, pero ni siquiera aparece su armadura). Y directamente se saltan las casas de Géminis y Libra.
- Hubiera deseado ver luchar a Shaka de Virgo. Con que Shun e Ikki se enfrentaran juntos a él en una batallita de 2-3 minutos me hubiera valido. Siendo como es uno de los Santos más poderosos, hubiera molado.
- Los no versados en este universo seguramente se perderán muchos detalles o no entenderán la mitad. En ése sentido es una película por y para los fans.