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Voto de Lafuente Estefanía:
9
Comedia. Drama. Aventuras Obra maestra de Chaplin, en la que interpreta a un solitario buscador de oro que llega a Alaska, a principios de siglo, en busca de fortuna. Una fuerte tormenta de nieve le llevará a refugiarse en la cabaña de un bandido. En 1942 fue reestrenada en versión sonora. (FILMAFFINITY)
29 de noviembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sabemos si era una costumbre generalizada, lo que si es cierto es que el nombre de Charles Chaplin siempre aparece en los carteles de sus cintas colocado por encima del título de las mismas y con caracteres tipográficos más destacados. Parece claro el mensaje que envía: el creador es mucho más importante que la obra creada. También sobre su visión posesiva de la creación.
Hacía mucho tiempo que no veíamos una obra suya y nos ha llamado la atención esta circunstancia. En cualquier caso, y como ya se ha repetido hasta la saciedad, estamos ante una auténtica obra maestra, una de las cimas de la cinematografía.
Traslada en esta ocasión Chaplin la acción a los fríos territorios de Alaska con motivo de la fiebre del oro que se desata en Klondike, cerca de Canadá. Las noticias de los primeros hallazgos se difundieron por los EEUU en julio de 1897, en unos momentos de fuerte crisis económica y de paro laboral generalizado, lo que motivó que muchos desempleados marcharan a probar fortuna en busca de oro, bastantes de ellos con profesiones liberales del tipo de profesores, abogados o médicos, que dejaron sus carreras en busca de aventuras.
Entre ellos, todos perfectamente equipados para el frío, un pequeño hombrecito que apenas lleva un simple petate y sus inevitables sombrero hongo, bastón y gastada levita. No hace falta decir su nombre. Allí aparece sobre la inmensa llanura nevada acompañado de miles de ¿mineros? atravesando el peligroso paso de Chilkoot.
Casi lo de menos son las aventuras y desventuras sobre la nieve y las tempestades. Lo que de verdad emociona y hace grande la obra es la ternura del personaje, ternura y gracia que se derrama en todas las escenas donde interviene. Se han comentado sobradamente los golpes geniales de que está tocada la cinta, pero nosotros nos quedamos con el conjunto de la misma, su forma de tratar sentimientos como el amor, la amistad, la camaradería, la generosidad ... de una forma que nunca más hemos visto tratados en el cine. Por eso Chaplin en único. Carácter personal aparte.
Volviendo a la película, además de las interpretaciones queremos destacar la solidez del guión y el cuidadoso desarrollo de las escenas que, aparentemente improvisadas, muestran en realidad el afán perfeccionista de su creador.
Por todo ello Chaplin es mucho más que un director de películas, es el autor de las mismas. Como quiere dejar bien sentado desde los mismos carteles: su nombre siempre por encima del de la cinta.
Lafuente Estefanía
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