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Voto de Lafuente Estefanía:
6
Western Un misterioso forastero, apodado ”El Yankee”, llega a Nuevo México para asociarse con el bandolero ”El Gran Concho”. El Yankee le propone un negocio poco claro para robar un cargamento de oro. (FILMAFFINITY)
30 de junio de 2021
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El argumento es es del todo inverosímil y el guion bastante embarullado. De acuerdo, pero esta cinta tiene algo que llama enseguida la atención: el director no ha querido en ningún momento hacer un western mediterráneo convencional. Y eso ya es algo en los años 60.
Música pegadiza con aires hispanos de guitarra y de trompeta, interpretaciones correctas. Pocos personajes, que las nóminas suben un pico. Pero excelentes paisajes rodados en los alrededores de Fraga, Candasnos, Alcolea de Cinca o en el despoblado Cardiel de la provincia de Huesca. Hubo una época en que a la comarca de los Monegros se le llamaba Arizona, no solo por el desierto, también por los rodajes que se hacían allí.
Filmada en gran parte a orillas del río Cinca a su paso por la zona, resulta enternecedor ver a los soldados transportando un cargamento de oro en las típicas navatas o balsas fluviales del Pirineo. Hay que reconocer que en esto no se parece en nada a Nuevo México ni Arizona.
Sin embargo lo más valioso de la película es sin duda la fotografía de Alfio Contini, donde alterna primerísimos planos con otros a ras de suelo o en picado, buscando a menudo el juego de las sombras que hacen de las paredes o del suelo auténticas pantallas. O los poderosos contraluces, a veces a través de las puertas que muestran fuera una luz cegadora que recuerda a "Centauros del desierto". O los mismos retratos de los rostros directos de los personajes. Magnífica fotografía.
Hablando de retratos, curiosa asimismo es la galería de cuadros que adornan las paredes de la casa del Gran Concho, que por cierto debe padecer un problema en los párpados por lo mucho que le supuran. Su egocentrismo le lleva a representar en lienzos su imagen en todas posturas y actitudes. Además, la misma disposición de curiosos objetos sobre las mesas semejan en ocasiones preciosos bodegones.
Algunos planos recuerdan obras clásicas como la Última cena del Señor, su Crucifixión en una cruz en aspa, el Martirio de San Lorenzo por el fuego (no se olvide que estamos en Huesca), la presencia del Gallo como símbolo de la Fe y de la Luz.
Detalles todos ellos que hace que nos encontremos con una obra muy original que merece un visión reposada. Aunque dejemos por una vez de lado el argumento cinematográfico.
Lafuente Estefanía
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