Lo mismo que Kevin McAllister en "Solo en casa" (1990), E.T. se ha quedado abandonado en la Tierra pues la nave en que llegó desde una lejana galaxia tuvo repentinamente que volverse dejándolo a merced de los terrícolas.
Solo que Kevin es un niño astuto y con recursos que sabe imponerse a unos bandidos de tres al cuarto. E.T., sin embargo, es tierno, sensible, algo torpe también, pero cuenta con la firme amistad del bondadoso Elliot (Thomas).
Una buena película, tal vez algo sensiblera.
Es igual. Hartos de ver a nuestros nietos delante de la pantalla tragando la telebasura de una especie de culebrones sudamericanos a base de niñatos diciendo chorradas grabados como si fuera un documental, les propusimos en la tarde de Año Nuevo ver "E.T."
Protestaron al principio, pero luego fliparon y lloraron como niños. Lo que son.
Y es que el cine tiene afortunadamente muchas alternativas a la telemierda infantil. No las desaprovechemos.
Una anécdota. La anciana que veía a nuestro lado la cinta cuando su estreno no pudo evitar, entre lágrimas, lamentar: "¡Que pena, se tenía que haber ido el chiquillo con él!" Hubiera dado para una segunda parte contando el retorno de Elliot.