Un pequeño rancho que gobierna una muchacha con la relativa ayuda de su anciano padre. El gran ranchero que quiere hacerse con él a cualquier precio para completar su propiedad. El pistolero vagabundo que llega para trabajar en la finca.
El esquema de un western clásico.
Pues cambien petróleo por pastos y ganado. Coloquen a Dunaway de modesta petrolera, a Mills como su padre, Scott es el nuevo empleado que llega y Palance el mafioso al servicio de la gran Pan-Oklahoma, en su papel.
Tenemos pues western, mafia petrolífera y drama, con toques de comedia y el imprescindible romance.
¿Abarca demasiado? No lo creemos. El resultado es una cinta de aventuras técnicamente impecable, a ratos amarga, a ratos divertida y en todo momento atractiva.
Hasta muy avanzada, moderna, por la lucha de sexos que plantea a comienzos de los 70. No estamos acostumbrados a ver a Faye vestida todo el rato con ropa interior masculina y pringada de fuel. No hay derecho, un gran fallo. Y menos todavía escuchar estos diálogos a los protagonistas: "¿Odia usted solo a los tres hombres que la rodean o a todos los de la humanidad ...? -Tampoco simpatizo con las mujeres. Si pudiera elegir preferiría un tercer sexo que estuviera entre los dos ... que fuera masculino y femenino".
Ignoramos en cuál de las muchas variantes sexuales habría que incluir este tercer sexo, pero bien "progresista" se mostraba ya la bella Faye.
Guion sólido al que solo cabe matizar que no termina de explicar las frustraciones de la muchacha. Realización que sigue el esquema del western mezclando con acierto el humor y el romance, con personajes bien dibujados. A ratos algo lenta y con desenlace del todo previsible.
Correctas interpretaciones con un Scott sobresaliente.
Buena película. Muy recomendable.