Oliver Stone es un cineasta tan inteligente como inconsistente. Ha hecho de todo (de lo bueno a lo malo). No es tampoco de mi devoción su forma de crítica que llega a ser aburrida y más bien visceral. Algo debería hacer para tomar el rumbo de sus películas y evitar que sus pasiones (evidentes) en política se disuelvan en un contenido mejor trabajado.

Está película tiene una puesta en escena tan realista que te erizas, pareciera que algún hijo de vecino, se fue filmando cámara en mano todo lo que sucedió. No voy a entrar a valorar la "veracidad" de lo narrado. Aunque todos estaremos de acuerdo que hay ciertos hechos que son discutibles, y que la versión oficial es más bien contradictoria.

Sea como sea, está película tiene momentos memorables (el juicio), otros flojos (las intimidaciones, las escuchas, los espías, etc.), y otros que sobran (el asunto familiar, el comportamiento de ciertos personajes que es estúpido (en serio, todos lo siguen y nadie mata a Costner?)).

Sin embargo, al final, Stone cierra la película y logra (aunque de forma imperfecta), despertar un cierto sentimiento de incomodidad, y siembra la duda, que supongo es lo que siempre buscó con todo el proyecto. Digna de verse, de lo mejor de este señor capaz de lo mejor y lo peor dentro del cine.