Yorgos Lanthimos es un león. Un salvaje, imprevisible y despiadado león habituado a no dejar ni un ser vivo en pie. En “La favorita” claramente dicha bestia se ofrece amaestrada, capada e incluso enjaulada, pero nada de todo ello le impide al animal que lleva dentro el cineasta griego liberar su furia. Evidentemente los devotos más hardcore de ese león, entre los que me encuentro, preferimos a Lanthimos en libertad, pero al final este momentáneo cautiverio termina erigiéndose más sustancioso de lo previsto.
Sólida radiografía del poder y la ambición la que presenciamos en esta, tan exquisita como excéntrica dramedia de intrigas palaciegas ambientada en la Inglaterra de principios del siglo XVIII. La errática reina Anne ocupa el trono, aunque en verdad la que parece gobernar aprovechándose de esa actitud y de su enfermedad es Sarah, duquesa y consejera de la reina. Inglaterra está sumida en una guerra con Francia, y en mitad de esta difícil situación política y social entra en escena Abigail, una prima de Sarah caída en desgracia que busca recuperar su lugar. Así se conforma un triángulo mágico de pasión, toxicidad y mando mediante el que se sustenta el film. ¿Hasta dónde podemos llegar por alcanzar un objetivo?... ¿Merece acaso la pena dicho objetivo?... ¿Quién manipula a quien en dicha carrera?... ¿Sabemos realmente hasta donde somos capaces de llegar cuando tenemos algo entre ceja y ceja?... ¿Quién y como nos gobierna?... Todo ello y más se nos plantea en “La favorita”, siempre desde el habitual prisma loco, perturbador e incómodo de Yorgos Lanthimos. Evidentemente en “La favorita” nos encontramos a un Lanthimos amansado y suave fruto de trabajar con un guion ajeno. Ese hecho puede llevarnos a pensar en esto como un movimiento de Yorgos para adaptarse al cine mainstream que imponen los grandes estudios. Pero al final Lanthimos impone su ley siendo ese cine mainstream el que tiene que adaptarse a él. Y una verdad se me revela de sopetón. Mediante esta, llamémosla domesticación, el cineasta no busca establecer nuevas amistades y, por el camino, tampoco se encuentra perdiendo las que tenía. Tras “La favorita” sus fieles seguiremos amándole y sus detractores seguirán lapidándole, aunque quizás un poco menos.
No quiero resultar reiterativo, pero Olivia Colman, Rachel Weisz y Emma Stone están de premio conjunto. «Las bitches de Yorgos», como autodefinió al triángulo Olivia Colman al recoger su Globo de Oro a la mejor actriz, se entregan enteramente a un Lanthimos que las dirige magistralmente de principio a fin. En general la labor del griego detrás de las cámaras es gloriosa, como suele acostumbrar. El diseño de producción, la fotografía, el montaje y la utilización de la música se unen a la causa sin oponer resistencia.
Tras ver y disfrutar “La favorita”, que sin lugar a dudas es una de las mejores películas de la temporada, una gran duda me surge. ¿Qué preferís como espectadores, que un director que os gusta mantenga su esencia en productos imperfectos y bacheados o que, por contra, la pierda levemente entregando trabajos más redondos?… Esa es mi gran incertidumbre tras ver “La favorita” mientras intento encajarla en mi top de la filmografía de Lanthimos.