“Pacto de silencio” es de esas película que, a priori, tienen todos los ingredientes necesarios para funcionar, pero que luego al analizarlas en profundidad, descubres que distan bastante de la perfección absoluta que prometen dichos elementos. Aunque no por ello dejan de ser decentes productos.
Podemos decir que en los últimos años, el Robert Redford director, se ha comportado como un realizador comprometido, no teniendo miedo en absoluto a meterse en charcos. En “Pacto de silencio” aborda las secuelas indirectas y directas de la guerra de Vietnam en un grupo de activistas anti-bélicos que, más de treinta años después, se convierten en el punto de mira de las instituciones gubernamentales. El punto de partida del film es tremendamente estimulante, gozando además de una primera escena, cortesía de Susan Sarandon, que te mete la incógnita en el cuerpo sin vaselina ni nada por el estilo. Cierto que, a partir de ese inicio tan potente, la cinta comienza un lento descenso hacia la monotonía, sin que por ello la trama deje de resultar atractiva. Al término del primer acto "Pacto de silencio" pierde, si es que en algún momento lo llego a tener, el sentido del ritmo, consecuencia directa del exceso de metraje. Dicho exceso afecta de forma más ostensible a la parte central del film, que es donde es posible que el espectador afloje bastante. Si Robert Redford hubiera acortado la duración de su historia, no solo no habría pasado nada, sino que le habría beneficiado en gran medida. Al final, las dos horas de duración le pesan bastante a “Pacto de silencio”.
Al margen de esa debilidad, hay que destacar otro de los puntos fuertes de la película, al margen de la trama. ¡Vamos!, esos ingredientes de los que antes hablaba y que hacían del film un producto estimulante a priori. Me estoy refiriendo a su magnifico casting, mezcla de solidos veteranos y solventes jóvenes, todos ellos de primerísima fila. Es increíble como Redford consigue juntar semejante constelación de estrellas, desde luego solo les pasa a los más grandes.
En definitiva, “Pacto de silencio” es un thriller interesante y resultón, aunque no por ello perfecto. Robert Redford comanda una historia de esas de persecuciones que gozaron de éxito a finales de los ochenta y principios de los noventa, a menudo con él mismo como protagonista, pero que ahora habían caído en deshuso. Película más interesante en apariencia que en uso, pero de agradable recuerdo.