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Costa Rica Costa Rica · San José
Voto de Donaldheil:
8
Acción. Aventuras. Drama En el año 180, el Imperio Romano domina todo el mundo conocido. Tras una gran victoria sobre los bárbaros del norte, el anciano emperador Marco Aurelio (Richard Harris) decide transferir el poder a Máximo (Russell Crowe), bravo general de sus ejércitos y hombre de inquebrantable lealtad al imperio. Pero su hijo Cómodo (Joaquin Phoenix), que aspiraba al trono, no lo acepta y trata de asesinar a Máximo. (FILMAFFINITY)
30 de junio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mayor problema que GLADIADOR enfrenta en perspectiva, es haber sido ganadora del oscar a la mejor película en la premiación del 2001. De la década 2000 a 2009, quizá solamente CRASH ocuparía un lugar inferior entre los que la consideran sobrevalorada. Para peores, las nominadas del 2000 no representaron gran competencia en particular (CHOCOLAT, ERIN BROCKOVICH, TRAFFIC pueden calificarse de “coladas”, mientras que CROUCHING TIGER, HIDDEN DRAGON estaba predestinada a “conformarse” con el oscar a mejor película extrajera, premio que con más justicia se le debió otorgar a AMORES PERROS). Por lo tanto, en un año en que no había pesos pesados, GLADIADOR fué la ganadora desde su nominación.

Creo que si la película no hubiera recibido la atención de la Academia, sería juzgada con menos dureza por algunos sectores, que la critican fuertemente como poco novedosa, cliché y cursi.

El filme es una forma de regresar (y homenajear) al Hollywood de 40 años atrás, el de películas épicas a gran escala, en que el espectáculo es lo primordial, y en donde el público necesariamente se identificará con los protagonistas buenos que están luchando por ideales más importantes que su vida misma. Concedo que sí, al volver al Hollywood del pasado, también se recurre a un guión acomodado, repleto de situaciones forzadas y poco creíbles (entre las que destacan los encuentros frente a frente entre el gladiador y el emperador en la arena del coliseo, no una… tres veces!) que, con todo, difícilmente serán despreciadas por el público en general . Para peores, algunos echarán de ver que adicionalmente, la historia retoma ciertos protagonistas principales de LA CAIDA DEL IMPERIO ROMANO (1964, casualmente una de las últimas películas de la época dorada del género épico hollywoodense), aunque para ser justo, el protagonista principal es totalmente diferente, y el enfoque de LA CAIDA era más histórico/político.

Tomando en cuenta ese “volver al pasado” la película vale como gran entretenimiento. Formalmente es irreprochable. La recreación visual de Roma antigua nunca había sido tan detallada y la película hace uso inteligente de efectos especiales no solo para esa recreación, sino además para las peleas en la arena (particularmente la famosa secuencia en donde los tigres son parte de la lucha).

Los diálogos están cargados tanto de frases inteligentes como cursis, como corresponde a la tradición de este género, de ese tipo de frases que gustan ser repetidas por los que le han dado al filme tratamiento de culto (“A mi señal , desaten el infierno” “Lo que hacemos en esta vida, hace eco en la eternidad” “Yo soy Máximo… padre de un hijo asesinado, marido de una mujer asesinada, y tendré mi venganza, en esta vida o en la siguiente”. “Nos veremos otra vez, pero aún no. Aún no”).

Las actuaciones, en mi concepto, no defraudan. Difícilmente pasaría desapercibida una película que cuente con el talento de Richard Harris y Oliver Reed (éste en su último filme) cuya simple presencia demanda atención. Joaquin Phoenix, apenas en ascenso entonces, ya se sabe que puede actuar y bastante bien. Aquí hace un trabajo convincente como un villano con profundos complejos cuyas debilidades son apenas superadas por su ambición y deseo de poder. Connie Nielsen sale bastante bien librada para alguien que comparte gran protagonismo y tiempo en escena.

Lo que nos lleva finalmente a la actuación de Russell Crowe. Y volvemos a la misma historia: el hecho de que haya sido premiado con el oscar a mejor actuación masculina, lo pone en el microscopio y en la candidatura de sobrevaloración. En mi concepto, como he dicho en otras ocasiones, me parece que el mérito de Crowe, más que en los pequeños detalles histriónicos, está en representar el personaje a la perfección. Sí, tal vez fue la forma en que la Academia compensó su falta de no premiarlo el año anterior por THE INSIDER, pero argumentar eso sería demeritar su trabajo en GLADIADOR. Al respecto, lo que escribió James Berardinelli en el 2000:

“Para Russell Crowe, GLADIADOR representa la oportunidad de expandir su reputación, la cual fue realzada a principios de este año por su nominación a mejor actor en su interpretación del soplón Jeffrey Wigand en THE INSIDER de Michael Mann. Esta es la primera oportunidad para Crowe de echarse encima una película de gran presupuesto. El papel de Maximo requiere más presencia que habilidad histriónica y Crowe demuestra que puede dar la talla. De películas tan diversas como PROOF, ROMPER STOMPER y THE INSIDER, sabemos que él puede actuar. GLADIADOR demuestra que puede dominar la pantalla con una mirada fría, mandíbula apretada y determinación segura, atributos normalmente reservados para mega-estrellas de acción como Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone”.
Donaldheil
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