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Voto de GonzaloyGracias:
8
Drama Con las crecidas de primavera, el río Enguri se precipita sobre las tierras bajas de Kolkheti y, antes de lanzar rocas y limo al mar, las acumula aquí y allá en medio del río. En pocos días, incluso de la noche a la mañana, de estos escollos nacen grandes islas, cuyo suelo es rico y fértil. Un anciano de Abjasia y su joven nieta deciden plantar maíz en una de esas islas. Pero los soldados georgianos andan cerca. (FILMAFFINITY)
17 de junio de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corn Island -Simindis Kundzuli-, cuenta la historia de un anciano, de su nieta y del río Enguri en primavera. Este río caudaloso en la frontera entre Abjasia y Georgia, arrastra en primavera limo que llega a formar islotes en medio de la corriente. El anciano, como cada primavera de su vida, se instala en uno de esos islotes de limo, construye un chozo y siembra maíz en el suelo fertilizado. Le acompaña una nieta, en la primera juventud, pero apenas sabremos algo más de los padres de la nieta y en general del anciano y de sus circunstancias familiares.
En el film se habla lo imprescindible. La palabra no es necesaria. Todo lo que necesitamos saber está en las imágenes. El campesino es de esa casta de hombres íntegros, justos, trabajadores, tenaces, producto de generaciones de hombres y mujeres que han luchado por vivir en las condiciones más extremas. Y que ha dado mujeres y hombres hechos de esa madera, capaces de pelear para sobrevivir sin perjudicar a nadie, y de arriesgar su vida en nombre de la piedad y de la hospitalidad. Es la vida, sencilla, dura, pero plena, atropellada a veces por esos elementos externos que son las patrias, las guerras y los odios. Una isla no utópica pero con vocación de ser un mundo aparte del Mundo. Aislamiento imposible por otra parte.
Con la llegada del otoño y las lluvias torrenciales las aguas del rio Enguri crecen y se llevan, como cada año, los islotes de limo. Aquí está la verdadera lucha del hombre con la naturaleza. Pocas secuencias habré visto más emocionantes como la lucha de este anciano por salvar su cosecha y los enseres de su chozo. La naturaleza, como todos los otoños, cumple su ciclo. Es ciega como el destino, al contrario que la naturaleza humana, que puede darnos ancianos ejemplares como el protagonista de esta película, o soldados implacables, deshumanizados, embebidos de poder sobre las vidas ajenas.
Cine emotivo, sencillo, muy bien narrado cinematográficamente, con secuencias cargadas de tensión y acción -y de gran complejidad técnica- cuando presenciamos cómo la lluvia y la corriente del río arrasan la isla, la cosecha y el chozo, con un anciano que no se rinde luchando contra los elementos. Épico.
La película me trae recuerdos de Nanook el esquinal de R. J. Flaherty, pero también de Hurancán sobre la isla de J. Ford o Derzu Uzala de Kurosawa. Entre el documental y la ficción, con la fuerza de ambos.
El actor Ilyas Salman da rostro a este anciano. Una composición impresionante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
GonzaloyGracias
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