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Voto de Blanch:
8
5.6
7,032
Romance. Drama
Relato de amor, traición y celos. Un matrimonio de Nueva York tiene que separarse, durante una noche, por causa de un viaje de negocios que el marido (Worthington) debe realizar con una atractiva compañera de trabajo (Eva Mendes). Mientras tanto, su esposa (Keira Knightley) se reencuentra con Alex (Guillaume Canet), un antiguo amor. Debut en la realización de la guionista de The Jacket (2006). (FILMAFFINITY)
24 de junio de 2011
30 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Se puede estar felizmente emparejado y ser tentado al mismo tiempo? Esa es la pregunta que plantea Sólo una noche, debut en la dirección de la guionista iraní Massy Tadjedin. La infidelidad es un tema recurrente en la cinematografía mundial, pero la principal novedad de la cinta en cuestión radica en que la idea del adulterio no surge por la insatisfacción de alguno de los cónyuges, al contrario, ambos son muy felices y están enamorados, pero a lo largo de una noche separados vivirán una experiencia que pondrá al límite su relación desde dos acercamientos muy diferentes: por un lado, la atracción puramente física, y por el otro, las cenizas de un fuego que no ha terminado de consumirse.
De esta forma, vemos como evolucionan a lo largo de la noche las dos parejas, a través de sus conversaciones, de sus miradas, más directas que esquivas, y de sus gestos, más vacilantes que firmes. No son personajes demasiado profundos, incluso hay uno al que le cuesta salirse del estereotipo, pero podemos sentirnos fácilmente identificados con alguno de ellos, o incluso con diferentes aspectos de los cuatro. Directa o indirectamente, todos hemos pasado por una situación similar, y difícilmente hemos podido encontrar una respuesta sencilla, al igual que el filme, que nunca se atreve a sentenciar a los personajes ni a las decisiones que asumen.
Sólo una noche es una película sustentada básicamente en los actores y los diálogos, es casi como ver teatro filmado, y es en estas situaciones cuando mejor se aprecia la labor de los intérpretes al cargar con todo el peso del filme. El cuarteto protagonista sabe que tiene una oportunidad de lujo para lucirse y la aprovecha al máximo, aunque con un resultado desigual. Keira Knigtley y Guillaume Canet tienen una química enorme, consiguen que su romance frustrado e inconcluso resulte tan palpable como amargo por esa serie de circunstancias que provocan que algo que podría ser genial simplemente no llegue a ocurrir nunca. En cambio, al tándem formado por Sam Worthington y Eva Mendes le falta algo más de tensión sexual; a él no le favorece que su personaje sea el más hermético y ella acarrea con el rol más tópico y antipático de la historia, aunque a veces se le intente sacar algo de trasfondo. El único personaje de relevancia fuera del cuarteto amoroso es el que encarna Griffin Dunne, que actúa como voz de la conciencia de la primera pareja.
(Concluyo en el Spoiler sin Spoilers)
De esta forma, vemos como evolucionan a lo largo de la noche las dos parejas, a través de sus conversaciones, de sus miradas, más directas que esquivas, y de sus gestos, más vacilantes que firmes. No son personajes demasiado profundos, incluso hay uno al que le cuesta salirse del estereotipo, pero podemos sentirnos fácilmente identificados con alguno de ellos, o incluso con diferentes aspectos de los cuatro. Directa o indirectamente, todos hemos pasado por una situación similar, y difícilmente hemos podido encontrar una respuesta sencilla, al igual que el filme, que nunca se atreve a sentenciar a los personajes ni a las decisiones que asumen.
Sólo una noche es una película sustentada básicamente en los actores y los diálogos, es casi como ver teatro filmado, y es en estas situaciones cuando mejor se aprecia la labor de los intérpretes al cargar con todo el peso del filme. El cuarteto protagonista sabe que tiene una oportunidad de lujo para lucirse y la aprovecha al máximo, aunque con un resultado desigual. Keira Knigtley y Guillaume Canet tienen una química enorme, consiguen que su romance frustrado e inconcluso resulte tan palpable como amargo por esa serie de circunstancias que provocan que algo que podría ser genial simplemente no llegue a ocurrir nunca. En cambio, al tándem formado por Sam Worthington y Eva Mendes le falta algo más de tensión sexual; a él no le favorece que su personaje sea el más hermético y ella acarrea con el rol más tópico y antipático de la historia, aunque a veces se le intente sacar algo de trasfondo. El único personaje de relevancia fuera del cuarteto amoroso es el que encarna Griffin Dunne, que actúa como voz de la conciencia de la primera pareja.
(Concluyo en el Spoiler sin Spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Se nota la falta de experiencia detrás de las cámaras de la directora puesto que no le imprime un estilo particular a la cinta, que funciona y avanza gracias al reparto, a un montaje que juega con la alternancia de las historias y a la excelente banda sonora que ha compuesto el siempre estupendo Clint Mansell. Con todo, Sólo una noche no será una película que pasea a la historia, pero seduce en su melancólica contemplación de las imperfectas relaciones sentimentales. Un consejo: no la vean junto a su pareja, pues saldrán a la luz cuestiones incómodas que a veces es mejor no compartir con quien se comparte el lecho.