La época dorada del Hollywood clásico nos dejó grandes comedias para la memoria retratando a las altas clases con mucha ironía y simpatia.

Este tipo de comedias nacieron tras la aparición del sonoro ya que su comicidad se basa en rápidos e inteligentes diálogos y en la versatilidad y verborrea de sus intérpretes. El caso de esta Historias de Filadelfia (1940) es uno de los mayores ejemplos de esa alta comedia americana que tiene en su legendario trío protagonista (Grant, Hepburn, Stewart) su mayor encanto.

Uno de los directores de estudio por antonomasia, George Cukor mueve con total gracia a los personajes por el espacio y aprovechando todo el talento de los intérpretes. Una comedia ejemplar del cine clásico que devolvió el amor del público a Katherine Hepburn y le otorgó su único Oscar a Stewart.