Creo que Bajo-Ulloa se tenía que haber retirado con Airbag, y no volver a hacer cine, y no porque fuese mala, todo lo contrario, fue original en su momento. Pero ahora ha hecho una película casposa a más no poder, en la onda de las secuelas de Torrente. No aporta nada. Las localizaciones no tienen sentido. Parece que rueda en esos sitios para trincar las "ayudas" institucionales del Ayto. de Vitoria-Gasteiz y de Diputación de Álava (Valle Salado), entre otras. Provocaciones al margen, para remarcar sus ideales, carece de la más mínima gracia. Tal vez, un par de "monólogos" de Manquiña son lo poco a salvar.