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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
8
Cine negro. Thriller Dos ex-convictos no demasiado brillantes son contratados para asaltar una lucrativa partida ilegal de poker. Las culpas recaerán sobre el organizador del juego y los ladrones podrán empezar una nueva vida. Por desgracia, el dinero robado pertenece a la mafia, que se pone en contacto con el investigador y asesino Jackie Cogan para encontrar a los culpables. (FILMAFFINITY)
6 de octubre de 2012
16 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya en los créditos iniciales Andrew Dominik deja claro que no se trata de la típica producción hollywoodiense, más bien parece una presentación de una película de los setenta de autor muy “indi”, como si fuera un homenaje a Marguerite Duras, para adentrarnos en un clima digno de Kaurismäki, en una lluviosa ciudad que se nos asemeja a “Inquietudes”, de Alan Rudolph, y en clave introspectiva, donde la verdadera acción se centra en las historias y los diálogos de sus actores y no en los tiros que se puedan dar unos a otros, (donde la sombra de Peckinpah aparece), teniendo además como telón de fondo un omnipresente desencanto, soledad, desesperanza social con constantes mítines televisivos con Obama (como podía ser Rajoy por ejemplo o cualquier otro político en cualquier parte del mundo) con discursos archisabidos de antemano, crítica social, política y envuelta con claro distintivo de políticamente incorrecta.
Uff. Demasiado para que el “gran público” quede conforme al engullirla, aunque si bien es verdad que son demasiados elementos y que le ha faltado moldearlo todo más, pero tras su visión, es para darse con un canto en los dientes viendo el impersonal y mediocre resultado de la mayoría de las producciones al uso al que el “gran público” está acostumbrado. Preocupante ha sido la miopía de ciertos críticos al no haber sabido apreciarla y “ellos” sí tienen delito.
Brad Pitt, cada día mejor actor, demuestra que es un actor inteligente, coproduce un cine que sin él no vería jamás la luz, un cine que no le dará muchos millones, pero que le da prestigio y que un futuro se sentirá (y nos sentiremos) orgulloso de haberlo hecho y no haberse metido en producciones chiclosas y facilonas. Bravo por su estupendo “cásting” porque absolutamente nadie desentona en su notable nivel, coronado por un inmenso James Gandolfini. Si le nominan como actor secundario, que deberían por supuesto, ¿qué escena podrán poner en la noche de la gala de los Oscar si los “tacos” están prohibidos?
Tiene un buen guión comprometido y sin concesiones (y volvemos a una época rompedora pretarantínica (si se me permite el palabro para referirnos a Tarantino) en la que se rodaban thrillers amargos, como por ejemplo “El último testigo” de Pakula y que también nos puede recordar a la austeridad, aunque no la misma precisión del maestro J. Pierre Melville. Buena factura y una dirección nada lucida pero férrea y soterrada, de las que son casi inapreciables y nada agradecidas. Al menos para mí ha sido toda una sorpresa que da fuerzas y ánimos, espero, a quienes quieran seguir por esos caminos más dignos a la hora de filmar, aunque sea un thriller y otros prefieran los aburridos derroteros de siempre.
Maggie Smee
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