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Voto de NeoJ:
1,967
Comedia
En los años cuarenta, un niño quiere como regalo de navidad un rifle de aire comprimido. Claro está, los padres piensan que no es una buena idea. Comedia familiar extraordinariamente popular en Estados Unidos que se basa en las historias del humorista Jean Shepherd. Calificada como divertida y conmovedora a partes iguales, una tierna historia con mensaje que encandila tanto a los adultos como a los más jóvenes. (FILMAFFINITY)
6 de enero de 2012
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es que esta historia de navidad me haya gustado más que otras películas que he visto y he puntuado con menor nota, es simplemente, que dentro de su género tan plagado de puros convencionalismos, creo que no se puede hacer mejor que el trabajo que ha hecho Bob Clark.
Son muchas las razones para pensar que la película va más allá de una simple postal navideña, Bob Clark consigue una película muy diferente a todas las producciones (normalmente norte americanas) que pueblan las televisiones de medio mundo en las fechas acordes. Nada de odiseas por encontrar juguetes o por conseguir el árbol de navidad más grande del vecindario. Historias de Navidad es una película que refleja muy bien la mente ilusionada de un niño, y la Navidad queda como algo casi contextual. A diferencia de otras películas, estoy convencido de que podría haber visto la película de Bob Clark en pleno verano a 40º y me hubiera gustado igualmente.
Bob Clark presenta una comedia familiar pero de las buenas, de esas que no da repelús ver y que es verdaderamente divertida, cuya principal arma es la sonrisa mantenida toda la película por delante de la carcajada. Buena culpa de ello la tiene el protagonista, el pequeño Ralphie, que desde sus inocentes ojos nos traslada los sentimientos más puros de la navidad. No son pocas las películas que buscan este sentimiento, pero muy pocas las que consiguen hacerlo de una manera tan limpia y sincera. Ralphie es un niño normal y corriente, con su buena dosis de adorabilidad, pero por fortuna muy lejos de los pedantes y pastelosos niños que monologan durante sus interpretaciones sobre el verdadero espíritu de la navidad. Para Ralphie lo único que importa es conseguir su rifle, y eso es de lo más sincero (y divertido) que se podía presentar en pantalla.
Los secundarios ayudan y mucho, todos tienen bastante personalidad y son complementos perfectos para Ralphie. Ninguno le hace sombra, como debe ser en una película así, y todos hacen más firme y apropiada toda la película con sus actuaciones.
Probablemente la mejor que he visto de su género y que tiene la cualidad de estar envejeciendo muy bien. Un sobresaliente para un género que no suele llegar al aprobado.
Son muchas las razones para pensar que la película va más allá de una simple postal navideña, Bob Clark consigue una película muy diferente a todas las producciones (normalmente norte americanas) que pueblan las televisiones de medio mundo en las fechas acordes. Nada de odiseas por encontrar juguetes o por conseguir el árbol de navidad más grande del vecindario. Historias de Navidad es una película que refleja muy bien la mente ilusionada de un niño, y la Navidad queda como algo casi contextual. A diferencia de otras películas, estoy convencido de que podría haber visto la película de Bob Clark en pleno verano a 40º y me hubiera gustado igualmente.
Bob Clark presenta una comedia familiar pero de las buenas, de esas que no da repelús ver y que es verdaderamente divertida, cuya principal arma es la sonrisa mantenida toda la película por delante de la carcajada. Buena culpa de ello la tiene el protagonista, el pequeño Ralphie, que desde sus inocentes ojos nos traslada los sentimientos más puros de la navidad. No son pocas las películas que buscan este sentimiento, pero muy pocas las que consiguen hacerlo de una manera tan limpia y sincera. Ralphie es un niño normal y corriente, con su buena dosis de adorabilidad, pero por fortuna muy lejos de los pedantes y pastelosos niños que monologan durante sus interpretaciones sobre el verdadero espíritu de la navidad. Para Ralphie lo único que importa es conseguir su rifle, y eso es de lo más sincero (y divertido) que se podía presentar en pantalla.
Los secundarios ayudan y mucho, todos tienen bastante personalidad y son complementos perfectos para Ralphie. Ninguno le hace sombra, como debe ser en una película así, y todos hacen más firme y apropiada toda la película con sus actuaciones.
Probablemente la mejor que he visto de su género y que tiene la cualidad de estar envejeciendo muy bien. Un sobresaliente para un género que no suele llegar al aprobado.
