Interesante punto de partida…malogrado en exceso por la rutinaria dirección de Brian Gilbert y porque el guión, lejos de ahondar en el, aparentemente más interesante argumento, esto es, la aparición de la Iglesia del Siglo I, se adentra en el thriller convencional, sin ningún rubor y, lo que es peor, sin ninguna necesidad.
Porque, una vez vista la peli, uno/a se da cuenta fácilmente que lo mejor hubiera sido seguir por el camino convincentemente expuesto en los primeros minutos. Sin embargo, el hecho fantástico-religioso se abandona para seguir un trillado camino de thriller, de acción, de mera intriga sin demasiado interés. Sí lo tiene puesto que no sabemos cómo finalizará todo y qué sucede exactamente, pero, tal y como está expuesto, lo cierto es que da todo un poquito igual.
Así que podemos dividir esta cinta en dos partes bien diferenciadas, la de la historia bíblica, expuesta con oficio y que resulta atractiva en su misterio, y la de la acción que se impone al resto y no resulta convincente en absoluto.
Una de esas pelis que dejan un sabor agridulce puesto que, aunque hagan pasar un rato más o menos entretenido (no aburre, es cierto), decepcionan por tener buenos mimbres, malamente empleados.
Insatisfacción es lo que transmite, aunque haya buenas cosas, como la preciosa fotografía y los bellos paisajes de la campiña inglesa.