Muy bonita película, estupendamente dirigida por Gracia Querejeta (sencilla pero magistral forma de cortar las escenas) y excelentemente interpretada.
Ahora que se sabe que ha ganado en el reciente Festival Internacional de Cine de Donostia 2007 el Premio al Mejor Guión, es fácil decir que tiene un ídem muy bien escrito, pero lo cierto es que así es. Combina perfectamente el drama con el humor, ganando quizás este último, pero más bien por la simpatía y entrañabilidad de sus muy bien perfilados personajes, ya que el fondo es eminentemente dramático.
Un drama con la figura paterna presente en todo momento (una constante en el cine de Querejeta), ya desaparecida físicamente, pero que pulula, haciendo daño y lastrando la felicidad de sus allegados.
Dolorosos recuerdos, cuentas pendientes todavía no superadas, recuerdos vívidos de ternura y tristeza, están presentes, sin que parezca sea fácil dejarlos atrás.
Buenos diálogos, sobre todo los de la pareja protagonista: Maribel Verdú-Blanca Portillo (esta portentosa, con gran naturalidad en sus declamaciones y una humanidad desbordante en su personaje, amén de divertidísima en escenas como la del restaurante chino, jocosa e hilarante, que hacen te partas de la risa).
Cierto es lo que se dijo en su momento durante el Festival, que a veces parece que tiende a lo fácil, haciendo que todo cuadre para parecer más simpático y guste más al público, pero la verdad es que gusta mucho y deja muy buen sabor de boca.
Para mi gusto, y simplemente como entretenimiento, la mejor de la Sección Oficial del Certamen.