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Voto de Ignacio Larrea:
6
Comedia En un pequeño pueblo mexicano una noticia conmociona a los vecinos, Ricardo Alfaro, el adinerado ranchero local ha desaparecido sin dejar rastro. Aprovechando la circunstancia, Aurora Campos, una mujer de armas tomar y de una belleza abrumadora, convence a las autoridades para que le vendan la propiedad a cambio de doce mil pesos. Poco después, cuando Ricardo reaparece de repente, una auténtica batalla está a punto de desencadenarse. (FILMAFFINITY) [+]
9 de mayo de 2010
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Versión mexicana de "La fierecilla domada", de William Shakespeare. O eso parece, al menos.
Se parece en el contexto, al menos, y tienen muchos puntos en común: una verdadera fiera en la figura de una aguerrida y bellísima mujer, y un hombre paciente, con también carácter, que la irá enamorando poco a poco (o eso pretende al menos).
Es simpática en todo momento, pero es muy cierto que va de más a menos. Y la estética de su buen director, Emilio Fernández, da lugar a bellas estampas, con esos cielos tan espléndidos y algún momento de gran lirismo y belleza formal, como cuando el protagonista y el viejo amigo de su padre están junto a un viejo árbol. En este caso, como en todo el film, la fotografía de Martínez Solares es de gran calidad.
Su primera media hora es francamente buena, bastante divertida, con las continuas disputas verbales y físicas de la pareja protagonista, y la escena del juicio donde se decidirá qué hacer para solucionar la disputa del rancho.
Ahí, los diálogos son muy buenos, con sorna y doble fino, que hacen reír y sonreír de veras.
Sin embargo, cuando comienza la historia romántica, cuando el amor florece o quiere florecer, la peli baja bastante, hasta el punto de que llega a ser, en algunos momentitos, tediosa.
Las canciones, muy bonitas y muy bien cantadas por el gran Jorge Negrete ("Las mañanitas", por ejemplo), no son suficientes para lograr elevar la calidad cinematográfica expuesta hasta entonces, al igual que los bellos bailes regionales que se ven en la fiesta final.
Y en cuanto a eso, al final de la película, decir que es algo raro, demasiado rápido y en lo que a mí concierne, poco convincente.
Pero dejo para el final, algunas consideraciones que hoy en día serían aquello que se llaman "políticamente incorrectas". Y me refiero a algunos diálogos que se oyen, de la guisa de:
"- Pero qué mal que él le pegó a ella, que es una señorita, si al menos estuvieran casados..."
O esta otra, del mismo pelo:
"- La mujer: ¡Qué mal que le pegó él a ella!
- ¡Sí, mal, pero si yo, si no te pego me dices que ya no te quiero!
O el mejor de todos, cuando la mujer del alcalde le dice a la protagonista, toda cabreada:
"- Sí, te pegó, pero ya se sabe que los hombres tratan a sus mujeres como ellas quieren en el fondo que las traten".
En fin, modélicos comentarios que denotan hoy en día un machismo asqueroso, pero que en aquella época y lugar, a lo peor denotaban la realidad de la situación: la de los malos tratos cotidianos del marido hacia su esposa.
Me gustaría estar equivocado. Lo cierto es que no lo sé con seguridad, pero ahí están los diálogos de la peli...
Como nota triste, durante los preparativos para el rodaje de "El rapto", una antigua dolencia hepática haría estragos en el organismo de Jorge Negrete y que al “charro cantor” le quedaban muy pocos meses de vida.
Ignacio Larrea
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