*Dulce amor

Nada mejor que unas vacaciones con la pareja en un lugar paradisíaco junto al mar. Aguas cristalinas, arena blanca y fina... y amor. Los lazos afectivos se reafirman, una renovada pasión surge para gozo de ambos. Así comienza Fuego.

Incluso tras volver a la cotidianidad, al trabajo, a los problemas que quedaron aletargados hasta el regreso a casa, permanece durante unos días esa maravillosa sensación de complicidad.

Esa sonrisa perenne que no se borra del rostro al recordar los dulces momentos vividos, es comprensible ya que es algo que nos ha pasado a todos. Así acude cada mañana Sara, una seductora y fantástica Juliette Binoche, a la Maison de la Radio de París, donde trabaja de locutora en Radio France.

Jean (Vincent Lindon), ex jugador de rugby, tiene un hijo adolescente, Marcus, de otra relación anterior. En realidad el joven vive con su abuela, la madre de Jean y éste llamará la atención con su irregular comportamiento, obligando a Jean a intervenir y a preocuparse más de su educación.

*Encuentros fortuitos

A menudo, encontrarse con personas que han formado una importante parte de nuestras vidas en el pasado, remueve todo un flujo de emociones. Una avalancha desmedida de nostalgia que puede llegar a resquebrajar los firmes cimientos de una pareja.

Es entonces cuando aparece François, amigo de Jean y ex pareja de Sara, interpretado por Grégoire Colin. Todavía conserva en su corazón rescoldos de aquella tormentosa relación que mantuvo con Sara hace tiempo.

Y aquí comienza la función. Pensamientos contradictorios, sentimientos de culpabilidad y una gran sensación de indecisión. Fuego tiene todos los ingredientes para compartir profundas reflexiones e interesantes conversaciones. Sin embargo, los diálogos no dejan de ser superficiales, banales, para tan jugosa situación.

*Conclusión

Fuego (Both Sides of the Blade) es un drama romántico cuyas magníficas interpretaciones de Juliette Binoche y Vincent Lindon salvan la película. Siempre es un placer verlos en la pantalla, aunque esta vez se trate de un desafortunado triángulo amoroso.

A favor también la banda sonora y la fotografía. Esta última no solo al comienzo con los espacios naturales, sino además con la exposición de interiores.

Reproches, gritos y diálogos insustanciales hacen que se pierda el interés a medida que van avanzando las secuencias. Quizás los temas amorosos no sean los apropiados para mostrar acertadamente la veterana y gran directora como es Claire Denis.

Escrito por Irene Abecia Navarro