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Voto de Cinemagavia:
7
Comedia. Romance Un productor de Hollywood encarga al escritor Richard Benson (William Holden) el guión de su última película. Benson se instala en un apartamento de París, pero, en vez de escribir, se dedica a la buena vida. Cuando se da cuenta de que sólo le quedan dos días para acabar el trabajo, contrata a Gabrielle (Audrey Hepburn) como secretaria para poder cumplir el encargo. (FILMAFFINITY)
13 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Cine sobre cine y una tierna comedia romántica

Uno de los aspectos más originales y llamativos es la propuesta de su trama. Richard Quine nos ofrece una simpática comedia romántica en la que el productor Alexander Meyerheimer (Noël Coward) encarga a Richard Benson (William Holden) la redacción de un guion para una película. La ajetreada vida social de Benson le lleva al fin de semana de la entrega sin haber escrito una sola página y, junto a su nueva secretaria, Gabrielle (Audrey Hepburn), dará rienda suelta a su imaginación para que, entre los dos, consigan crear un argumento y escribir el guion en tan solo dos días.

Esta propuesta se desarrolla por medio de un montaje paralelo. Por un lado, tenemos a Benson y Gabrielle en el apartamento parisino del guionista, conversando e intercambiando ideas a través de un divertido y magistral intercambio de diálogos entre ambos con el objetivo de comenzar y dar forma a su guion.

Por otra parte, las ideas que Gabrielle va plasmando en el papel van tomando forma en la pantalla según aquello que dictan sus narradores (Gabrielle y Benson) que son, a la vez los protagonistas de la propia historia que están creando (bajo las identidades que ellos mismos se otorgan) y que se está inmediatamente reproduciendo ante nuestros ojos (con cambios de guion sobre la marcha incluidos).

Y todo esto toma forma de comedia romántica con ocurrentes y divertidos diálogos y situaciones, mientras se desarrolla, por un lado, la historia que ambos crean y, por otro, su relación durante el fin de semana que pasan juntos en aquel lujoso apartamento de París.

*El brillo de Audrey, la presencia de William Holden y dos sorprendentes apariciones

Encuentro en París destaca, principalmente, por sus dos personajes principales, Richard Benson y Gabrielle, William Holden y Audrey Hepburn, que mantienen el nivel de la película a través de sus diálogos y su química en pantalla.

Y es que Audrey Hepburn, sin ser uno de sus mejores papeles, logra encandilar al espectador con cada intervención, cada mirada y cada sonrisa que ofrece a la pantalla, con ese brillo tan especial que le caracteriza, siempre lleno de ternura, belleza, bondad, simpatía e inocencia. Además, Audrey dejó escenas icónicas como la del baño de espuma.

William Holden, por su parte, ofrece una viva y enérgica actuación llena de carisma y comedia que le aporta presencia en pantalla cada vez que interviene, siendo el personaje que funciona de motor-narrador en la historia que idean Benson y Gabrielle.

Por último, y no menos importante, sorprende el cameo de Marlene Dietrich y la aparición de Tony Curtis como actor secundario, prácticamente en una actitud paródica.

*París, color y glamour

Como no podía ser de otra forma, Encuentro en París se grabó en diversas localizaciones de la ciudad parisina y en los Billancourt Studios, situados en la misma ciudad. Richard Quine y su director de fotografía, Charles Lang, aprovechan los magníficos exteriores llenos de color y recrean en el estudio lugares como plazas, cafés o fiestas con el glamour que caracteriza a una ciudad como París.

*El guion, la pata coja de la película

Si antes destacábamos la interesante propuesta de la trama, las buenas actuaciones de sus protagonistas y las ventajas que ofrece grabar o recrear la ciudad de París, en contraposición a todo ello hay que destacar un guion que no está a la altura del resto de sus elementos.

En primer lugar, si bien estamos ante una comedia romántica con buenas intervenciones de los personajes principales, sí que es cierto que la película busca ese toque de comedia hilarante propia de películas como Una noche en la ópera (1935), Uno, dos, tres (1961) o La vida de Bryan (1979) que, realmente, no logra conseguir, dejando en “simpática” lo que podría haber sido una comedia desternillante.

Y es que esto se debe, sobre todo, la historia de trasfondo que nos cuentan Benson y Gabrielle que, si bien la propuesta es buena, es la película que arman y que “vemos” mientras vemos la película no termina de tener la calidad u originalidad suficiente como para parecer atractiva o lo divertida que pretendía ser, restándole algo de fuerza, ritmo y verosimilitud.

El último aspecto que no logra convencer en Encuentro en París son sus personajes secundarios que, sin ser malos papeles, no consiguen adoptar ese tono que requería la película, quedándose en meras caricaturas que no consiguen funcionar del todo.

*Conclusión

Encuentro en París es una película con elementos muy interesantes y puntos a favor, sin embargo, todo ello se ve afectado por un guion mediocre que no permite a la película situarse un escalón por encima del que se encuentra, pudiendo haberse situado entre las grandes comedias románticas clásicas de la historia.

Aun así, siempre se recordarán las bonitas escenas por las calles de París, las ocurrentes intervenciones y la presencia de William Holden y, sobre todo, el inigualable brillo de Audrey Hepburn.

Crítica de Javier Suárez de la Iglesia
Cinemagavia
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