*Cinco capítulos para un año diferente

El documental Fernando se centra en el retiro del piloto asturiano del mundo de la F1 en 2019. Sin embargo, ese retiro de la categoría reina no significó que Fernando Alonso dejara de competir. Dividido en cinco capítulos, el documental nos presenta los tres retos principales que acometió el año pasado: Las 24 horas de Le Mans, Las 500 millas de Indianapolis y el Rally Dakar. Cada una de estas carreras con sus propias particularidades y que el documental acierta en reproducir.

A pesar de que el documental Fernando está abierto a todo tipo de espectadores, sin duda los que más disfrutarán de él son los que conozcan ya de antemano las pruebas que disputa el piloto en ellas, porque a pesar de que en el documental explican cada una de ellas, puede resultar confusa si no estamos dentro del mundo del motor.

*Las 500 millas de Indianapolis

El primer episodio de Fernando es más una introducción, que presenta al personaje y nos cuenta los últimos movimientos de Alonso. En el segundo nos encontramos con su primer reto del año, las 500 millas de Indianapolis. Este fue el momento más desesperante para Fernando Alonso, porque compitió con un monoplaza que era incapaz de competir y apenas pudo disputar la carrera porque no pudo clasificarse. Estos dos primeros episodios pueden hacerse un poco cuesta arriba; a pesar del peligro y la velocidad que implican no consiguen engancharnos ni hacernos sentir dentro de la pista. Tampoco ayuda el hecho de que no disputara la propia carrera.

*Las 24 horas de Le Mans

El tercer capítulo de Fernando está dedicado a la victoria que consiguió Fernando Alonso a manos del equipo Toyota durante el 2019 (aunque ya ganó la misma prueba en el 2018). Un buen montaje que consigue darnos la sensación de estrés que supone estar 24 horas pendientes de una carrera. Las escenas nocturnas del circuito son espectaculares y justifican el visionado de este episodio.

*La Humanidad de Alonso

Algo que siempre se ha reprochado al asturiano es su aparente frialdad y distancia. Fernando acierta en mostrar la faceta más humana del piloto, y convertir esta aparente frialdad en simple respeto hacía su propia intimidad, en gran parte perdida al convertirse en una celebridad. La música que se ha compuesto de manera exclusiva para el documental funciona bastante bien y como resultado el documental nos deja alguna imagen bonita y simpática, por ejemplo el propio museo del asturiano, ubicado en su tierra natal y que en parte se ha convertido en un símbolo de la comunidad.

*El Dakar

Pero sin duda, el plato fuerte de Fernando lo encontramos en el cuarto y el quinto capítulo, que están dedicados al Dakar, una carrera de Rally que se celebra en el desierto. No solo es que las imágenes capturadas sean espectaculares, es que el documental retrata también una parte muy interesante y generalmente olvidada de esta carrera, como es la vida cotidiana de los pilotos y su equipo cuando no están compitiendo.

*Le pierde el tono hagiográfico

Desafortunadamente Fernando combina partes donde vemos la dimensión humana del piloto con otras totalmente hagiográficas donde parece que el piloto es un semidiós. Por ejemplo, vergonzante parece la escena del cuarto capítulo que nos presenta el masajista de Fernando contando a cámara la excelente musculatura del piloto “Un torso de boxeador y unas piernas de ciclista”.

No es la única escena (podemos recordar las mil y una veces que aparecen ingenieros elogiando el trabajo del piloto, escenas que con un par sobrarían) y resultan contraproducentes con el objetivo principal que supuestamente tiene el documental de “humanizar” al deportista.

Escrito por Guillermo Sánchez Ferrer