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Voto de Cinemagavia:
5
Thriller. Drama Tras acabar en la academia de policía, Manuela Pelari, Pipa (Luisana Lopilato), empieza su carrera como agente en el cuerpo. Junto con Francisco Juanez (Joaquín Furriel), controvertido inspector de la división de homicidios, Manuela tendrá que intentar resolver el violento asesinato de una chica de 19 años que tiene como principal sospechosa a la mejor amiga de la víctima.

Estreno en Netflix: 28 de mayo.
1 de junio de 2020
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Una policía novata

En La corazonada hay dos líneas de investigación. La del asesinato de la joven Gloriana y la del atropello mortal de Patricio Galván. De forma un tanto insospechada la primeriza agente de policía Manuela Pelari (Luisana Lopilato), aunque suelen llamarla Pipa, tendrá un pie en cada caso. Ayudará al inspector Juánez en caso de Gloriana y, a su vez, deberá investigar al propio inspector para confirmar que no tiene nada que ver con el atropello de Patricio Galván.

He aquí un hecho curioso. La corazonada se sirve de dos historias distintas, y además así entramos en una dinámica de ambigüedad donde es difícil distinguir al héroe y al antihéroe. El problema quizá es que las dos historias no acaban ni de retroalimentarse ni de conectarse armónicamente. Cada una de ellas, con más desarrollo, podría incluso haber dado lugar a una película independiente. Al final el resultado es una ración doble de giros, sorpresas y pasos en falso que solo entusiasmará a los seguidores más fanáticos del thriller.

Pipa muestra una disposición inicial favorable al inspector Juánez. Cree en su inocencia, pero como resultado de una íntima admiración o fascinación hacia su superior. No tanto por las pruebas. Dicho esto, todos los pasos de Pipa son meticulosos y precisos. En realidad, La corazonada tiene todos los elementos de una clásica película policial. Interrogatorios, visitas al forense, superiores molestos, un policía rudo y problemático, falsos culpables, tiroteos… Veamos si de esto surge algo interesante.

*Una investigación helada

En La corazonada los protagonistas tienden a estar un poco cariacontecidos y un poco hieráticos. Ven pasar el mundo como unos imperturbables espectadores. Juánez sabe que es sospechoso del atropello pero no parece importarle demasiado. Incluso rehúsa defenderse. Entretanto su investigación respecto a la muerte de Gloriana continúa. El inspector es un hombre sagaz, con una capacidad de deducción impresionante (y con corazonadas). Ojo a la escena en la que él y Pipa prácticamente humillan a un forense haciendo una auténtica ristra de deducciones.

La investigación que sigue Pipa respecto al inspector Juánez tiene un componente más personal. La agente de policía parece ser la única que cree realmente en la inocencia del inspector. Incluso parece sentir cierta conexión con él. Sin embargo, como todo en La corazonada, Pipa es cerebral, objetiva. Su caso dará vueltas y actuará en consecuencia. Sin embargo, hay un componente más que pasa inadvertido a casi todo el mundo. El Zorro, el hermano de Patricio Galván, está dispuesto a vengar su muerte. Y cree que Juánez es el asesino.

En cualquier caso, todas las pesquisas en La corazonada adolecen de un tempo lento y una ejecución fría. La acción parece inane, desapasionada. El argumento encierra elementos trágicos, que deberían golpear y epatar al espectador. Sin embargo, asistimos más a la resolución de un problema aritmético, en el que se nos hurtan incluso algunas variables, que a una situación dramática. No obstante, hay que reconocerlo, la progresiva acumulación de incógnitas y la insolente huida adelante de la trama mantienen la atención.

*Juánez, Pipa, y los demás

Las actuaciones en La corazonada van acorde con la temperatura de la película, es decir, tirando a frías. Es obvio que Joaquín Furriel pretende meterse en el arquetipo de agente de policía hosco y desazonado. Lo consigue, pero quizá al precio de anular posibles matices en su interpretación. Su métodos contundentes y su íntimo pesar parecen un poco mecánicos, a piñón fijo. Aunque atendiendo a las exigencias de la película quizá no sería exigible mucho más.

Luisana Lopilato sigue unas características similares pero al menos aporta algo más de vidilla. Si bien nunca olvida su metódico proceder, es un personaje que por lo menos a veces se deja llevar. No es todo raciocinio o caras largas. Sin pasarse, eso sí. Su personaje también desprende un perfume robótico y serio. Otro personaje que podemos destacar es Minerva del Valle (Maite Lanata), la mejor amiga de la asesinada Gloriana y una de las principales sospechosas. Posee cierta meritoria ambigüedad y tiene un buen peso específico en la película.

La corazonada, justo es reconocerlo, sube de marcha en los últimos 15-20 minutos. Sin ser algo rematadamente adrenalítico, al menos toda la tensión que se había ido posponiendo, asoma la cabeza. La factura visual de la película es estupenda, merced a una sobria y esmerada fotografía. Particularmente interesante es la secuencia inicial de búsqueda y persecución. Atrayente y bien ejecutada.

*Conclusión

La corazonada adolece de la falta de algo de nervio, tensión y desasosiego. La historia a menudo se cuenta de forma mecanicista, automática. Tanto ir y venir criminal acaba resultando emocionante en contadas ocasiones. Si no le importa el tono frío, no tiene problemas con lo inverosímil, y es un apasionado estricto del thriller, quizá pueda disfrutar de la película.

Escrito por Mariano González
Cinemagavia
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