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Voto de Cinemagavia:
8
Romance. Drama Dos hombres se encuentran en Barcelona y, después de pasar un día juntos, se dan cuenta de que ya se conocieron hace veinte años. (FILMAFFINITY)
14 de noviembre de 2019
7 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las relaciones personales que se establecen entre Ocho y Javi es un ejemplo de uno de los mecanismos de seducción, que también, ha aumentado, por lo menos, de una forma más pública, por el florecimiento de las redes sociales y las aplicaciones. Aun así, sabe dejar pinceladas que abren la reflexión sobre qué es lo que se espera de estos encuentros sexuales. La historia aprovecha la gran carga sexual entre ambos, resolviéndola sin dejarla esperar, para darle rienda suelta a una historia más sensitiva. Hay una cercanía pasional, que el espectador no tiene problemas de conectar. Sin embargo, uno de sus mayores atractivos también es uno de sus factores más peligrosos y es dejar que el público sea el encargado de participar activamente en el film, siendo él quién discierna qué es lo que está viendo en pantalla. Puede distraer el foco, pero también deja huella.

*Íntimo y cercano

Es un hecho que Fin de siglo conquista a los espectadores gracias a sus dos protagonistas. El argentino Juan Barbieri y el español Ramón Pujol son los encargados de dar vida a esta pareja tan singular. Ambos actores tienen una química en pantalla brutal, además de mostrarse muy cómodos entre ellos mismos. La sinergia que crean entre ellos traspasa a las butacas y es lógico que haya tanta verdad en sus interpretaciones. Barbieri tiene una naturalidad innata, además de saber llevarse a su personaje a niveles emotivos sin caer en el dramatismo. Transmite en todo momento esa transformación que se produce en su personaje. Vemos una metamorfosis en pantalla, que da igual la etapa que se esté narrando, que sigue siendo verosímil. Una elección totalmente acertada, dado que comprende a su personaje y se desnuda sentimentalmente ante el espectador.

Pujol, por su parte, da una interpretación que se aleja más de una perspectiva sensitiva, ofreciendo un ejercicio de contención, no únicamente interpretativamente, sino también como elemento expresivo. Gracias a su trabajo actoral, el film no cae en el sentimentalismo excesivo, que se puede dar en las historias románticas cinematográficas. Dota de identidad a su Javi y le permite explorar otros horizontes intrínsecos en las personas. Pisa con fuerza, pero siempre dando espacio al resto de interpretaciones en pantalla. Por otro lado, Mía Maestro realiza un papel que podría parecer estar en segundo plano, pero aporta mayor realismo gracias a una actuación sin adornos. Es perspicaz y se disfruta de su presencia en escena. Dota de una tranquilidad y de luminosidad al film, que, sin duda, la audiencia agradece. Un equipo artístico muy humano, que no tienen miedo de ir a lo más recóndito de la historia.

*Una vida de ensueño

Una de las particularidades de Fin de siglo es la realización técnica que hay detrás de ella. Se aleja de un cine más comercial, pero sin perder la calidad visual. Es importante subrayar que tiene una personalidad propia y escoge unos escenarios que se convierten en la mejor puesta en escena. Al utilizar lugares cotidianos, podría haber caído en el descuido artístico, pero no es así. Su dirección fotográfica es cuidada y hay planos que son realmente delicados y que en sí mismo, evocan a la belleza. Asimismo, también otorgan una fuerza más cruda y visceral en escenas que tienen una tensión que necesita esa potencia. El carácter de cine de autor está impregnado en sus secuencias, dotándole de una fascinación de cómo una imagen tan minimalista sigue causando tanta impresión. Un ejemplo de que, a veces, menos es más.

Además, hay que destacar el trabajo detrás de la dirección artística. Pese a ser una película de bajo presupuesto, ha sabido escoger algunos escenarios que recuerdan al cuidado del espacio que hace Woody Allen en muchas de sus películas. Hay ese gusto por apreciar tanto los grandes monumentos de Barcelona, como pequeños sitios más trascendentes para los protagonistas. Otro de los puntos que más engrandece al film es el manejo de la propia influencia del arte como tal. Recuerda mucho a otras obras donde esta facción cobra vida y mejora el resultado estéticamente como “La vida de Adèle”. Esto demuestra la intencionalidad de encaminar el film a un nivel alejado de lo banal y de solo enfocarlo en lo romántico. Hay ese efecto de mostrar la vida en sí misma. Por último, las escenas sexuales son un golpe de efecto que funciona perfectamente.

*Conclusión

Fin de siglo es una película que habla del sentir, del paso del tiempo, de los remordimientos y del aprendizaje vital. Es una historia que tiene una verdad intrínseca, que consigue embaucar al espectador. Parte de una realización alejada de grandes artificios, pero que gana con ese aspecto minimalista. Tiene mucho cuidado visualmente y un gusto que es de apreciar. La ciudad de Barcelona se convierte en un buen telón de fondo, además de verse una influencia cultural muy acertada. Las interpretaciones de Juan Barbieri y Ramón Pujol son estupendas. Tienen una gran química y crean una sinergia muy personal. Una estructura espacio-temporal singular, que puede jugar en su contra con cierta parte de la audiencia. Una oda a la introspección vital y a la reflexión de los caminos que se llegan por las elecciones de cada etapa con un sello propio que atrapa al espectador.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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