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Voto de davilochi:
10
Thriller. Drama. Intriga Basada en hechos reales. Tras el asesinato de varios atletas israelíes por el grupo terrorista palestino "Septiembre Negro" durante los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972, un agente especial del Mossad tuvo que ejecutar una misión altamente secreta: asesinar a los responsables. (FILMAFFINITY)
9 de septiembre de 2009
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que felicitar a Spielberg por esta película, siempre capaz de llevar al cine tanto los mejores como los peores temas. Esta vez el director deja huella y nos enseña la triste realidad del conflicto arabe-israelí, un callejón sin salida en el que el Leviatán de Hobbes cobra razón en su máxima expresión: el hombre es un lobo para el hombre, pero más allá de eso yo diría que el Estado es un lobo para el hombre. Cuando se primero instrumentaliza al segundo en pos de un fin superior ("el fin justifica los medios") los resultados siempre suelen ser los mismos: privación de la libertad, negación del ser humano, agudas contradicciones, etc. Las reflexiones de esta película son amplias, productivas, dolorosas, tanto como su ritmo angustiante, veloz, ansioso... Spielberg se compromete, consigue ver las cosas desde el lado humano, que es el único que puede aportar luz en un problema como el que enfrenta la película: el hombre pierde más de lo que gana al ponerse en manos del Estado omnipresente y omnipotente, ya lo hemos venido diciendo. Está claro, así lo refleja el film, que el conflicto palestino-israelí no alcanzará su resolución definitiva jamás, al menos tal y como se están planteando las cosas desde la independencia de Israel. El fin puede ser la paz, pero los medios no son los adecuados y ni mucho menos están justificados, menos cuando tal fin es inalcanzable por la vía actual.

Un elemento recurrente en la película es el recuerdo judío de su pasado europeo, de su drama en la Shoah, Auschwitz, las familias rotas: como dijo Tony Judt, es el país que no quiere crecer. No madura, no ama la transparencia, la democracia, sigue empeñado en la autocompasión del que se cree que no puede ser comprendido y ahí es donde el orgullo te ciega. Cuando uno se deja llevar por estas pasiones se encuentra sólo consigo mismo y con nada más. Así está Israel, sólo. La catarsis del protagonista es un poco el camino que Spielberg, al menos así lo creo, plantea para Israel, el único camino posible: la autocrítica sobre los métodos y el futuro deseado.
davilochi
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