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España España · Shangri-La
Voto de Echanove:
5
26 de mayo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil saber qué es lo que pretendían Robert Dyke y Tex Ragsdale con esta secuela de "Trampa en la luna" (1989) la película con la que debutaron en la dirección y el guión respectivamente casi treinta años antes. Dyke, que figura aquí también como guionista, firmó después de aquella fallida 'opera prima' dos más que interesantes films de scifi de Serie B de los que también hemos hecho crítica aquí. Y Ragsdale no escribió absolutamente nada más para el cine salvo el guión de esta secuela que se venía anunciando desde muchos años antes.

Rodada una vez más en Michigan, al margen de la industria hollywoodiense y con una más que evidente precariedad de medios, da la impresión de que sus autores quisieron dar una vuelta de tuerca a aquel relato sobre los vestigios de una antigua civilización alienígena en la luna apuntándose en plan bromista al cine experimental de medio pelo más esóterico y patafísico. Y digo en plan bromista porque una de las cosas que creo que le pasa a la peli es que a ratos es también descaradamente una comedia.

Una impronta, la del humor y la patafísica, que la cinta desprende desde los primeros fotogramas, cuando uno enseguida se pregunta “qué narices es esto” y que va creciendo como un torrente hasta llegar a la apoteosis final, con una ambientación de la luna que recuerda a la de las pinturas de Giorgio De Chirico y unos minutos finales y un desenlace de los se puede decir lo que se quiera, pero que, al igual que ocurre con toda la película, no son nada convencionales.

O sea, que si lo que se espera es una película al uso es mejor ahorrarse su visionado desde el minuto 1, porque es una película algo rarita. Y porque, como ha escrito aquí, el amigo Marco Sertorio, tiene unas ínfulas pseudointelectuales que seguro que a mucha gente desagradarán. Claro que otra cosa es que esas ínfulas sean reales y se tomen en serio a si mismas -y me viene a la cabeza algún truño de Aronofsky, como “La fuente de la vida” (2006)- y otra que, como me parece que sucede aquí, formen parte de una especie de juego con el espectador.

Y es que una película no es necesariamente mala cuando el espectador no sabe bien qué es lo que quieren contarle y a qué género pertenece, pero con eso lo remueven en la silla y hasta lo encrespan un poco. Sino más bien cuando está muy claro lo que le quieren contar, pero se lo cuentan tan mal o de una forma tan aburrida que se duerme en el sillón, me parece a mí. Y viendo esta película me he sentido bastante más cerca de lo primero que de lo segundo.

Ahora bien, que la película es en su puesta en escena bastante desmañada? Pues sí. Y las localizaciones son de chiste. Que la relación entre la chica, Scout (Sara Butler), y el chico, Daniel (Damon Dayoub) y los diálogos que sostienen son tan empalagosos como estomagantes? Pues también. Pero es que lo son hasta tal extremo que también parece ser bastante claro no son para que nos los tomemos en serio. Y lo mismo sucede con los dos villanos, Kontrol (Charles Shaughnessy) y Nicole (Jennifer Kincer), tan patéticos como atrabiliarios e hilarantes. O con los tonos de llamada del móvil de Scout., que llegan en los momentos menos oportunos.

Aunque también puede ser que sucediera algo tan sencillo como que Dyke no consiguiera todo el dinero que quería para la peli y que por eso le quedó como le quedó, entre la parodia y la patafísica. A mí, de cualquier modo no me parece tan mala como muestra la puntuación que tiene

Por cierto, que tras haber dirigido en casi 30 años solo cuatro largometrajes, Dyke ha perptrado ya una quinta, "Liquid Red", a la que solo le falta fecha para su estreno.y distribución.
Echanove
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