Ahora entiendo por qué todavía no nos han visitado extraterrestres. La actitud maniquea de los humanos resulta tan idiota en nuestra forma de pensar que posiblemente demos tanta pena como miedo.
En esta película no hay diferencia. Sólo de ver el platillo volante flotando gigantesco sobre la ciudad de Johannesburgo uno ya puede anticipar que de original no tiene nada de nada. ¿Quién en su sano juicio a estas alturas se puede creer estas chorradas? Por mucho rollo acerca de la segregación racial o cultural o religiosa que pueda sugerir al principio, que no te engañen, que la peli no tiene nada de diatriba politiquera. Es todo una excusa rebuscada para recrear efectos especiales. Nada da miedo, nada asusta, nada sorprende porque está todo más visto que el tebeo. Todo termina siempre con la típica acción burda y gratuita a la que tan fríamente estamos acostumbrados. Puro sabor americano aunque la trama se desarrolle en Sudáfrica.
Si de verdad te gustaron pelis como Alien, Abyss, Contact o 2001, olvídate de ver esto.
El próximo film de ciencia-ficción que se ruede sugeriría al director que por favor se empape de literatura cosmológica, a ver si sale algo de verdad insólito y nos deje de verdad con la boca abierta.