Me he pasado buena parte de la película disfrutando. Joaquin Phoenix tiene barriga y Woody Allen nos la enseña. Joaquin Phoenix es Irrational man y un perfecto posible asesino. Emma Stone hace de niña pija inteligente. Mérito. Emma Stone le clava los ojos a Joaquin Phoenix y éste ¿los aguanta? Hay un crimen y en el spoiler acabo la gracia. La suerte y el azar (es el azar, dice Phoenix, no la suerte lo que guía al mundo) condena. La filosofía puede ser un coñazo (como algún intervalo nuboso en la cosica Allen de los últimos años) pero si te la explica Joaquin Phoenix te aclara las cosas (yes we kant). Los ojos de Emma Stone no son ojos, son ojazos. Woody Allen, cuasioctogenario, dirige la orquesta. El jazz que suena machacón es de Ramsey Lewis, un pianista muy allegro sirve de fondo y leit motiv a la historia de un hombre que no es feliz, que le falta musa. Phoenix es profesor de filosofía, un muermo y un impotente. Cuando se le ocurre hacer lo que supone el giro de la película, cambia. Y ahí está Emma Stone enamorada. El campus donde dan las clases es un poco pijo. Hay personajes muy pijos. El novio de Emma Stone además es un hortera. Joaquin Phoenix es un imán y Emma Stone es una alumna de Joaquin Phoenix. Y Joaquin Phoenix tiene fama de levantar pasiones en sus campus. Irrational man juega con la filosofía, con el romance y con los escritores rusos. En Suecia esto lo hubiera hecho Roy Anderson. En España ¿Álex de la Iglesia pero ferpectamente? En Francia, Chabrol. Todos my way. Pero esto es el rollo Allen. Un rollo que me mola más que Blue Jasmine y que el Oscar de Cate Blanchet. No veo nada memorable en Blue Jasmine, repetiré cuantas veces sea. Irrational man sí me provoca decir guay, chulo, mola. Emma Stone más cosas me provoca y espero que (mejor actriz que la Scarlett ) se convierta en (ella, ella) la nueva musa.