Este director me volvió a cautivar una vez más. Su facilidad para el terror psicológico es fascinante, creando historias similares pero a la vez muy distintas, todas ellas con un arte envidiable.
La película que nos ocupa es de esas en que la gente suele discrepar, vamos que lees unas críticas y la ponen a parir, mientras que otras la califican de excelente. Esto se debe al modo en que Shyamalan hace las cosas, dándonos un film realmente inquietante, pero a un ritmo muy particular. Por ello recomiendo que no vean esta película si no están preparados para ella, de lo contrario les decepcionará.
Y es que el incidente nos propone algo distinto, supliendo la falta de acción por una desgarradora sucesión de acontecimientos que nos encojerá el corazón.
Si bien en La Niebla, el mensaje era potente, pero el vehículo ligeramente fallido; en el incidente, ambos son fabulosos, con la salvedad de que la lentitud del metraje puede exarperar a más de uno.

Con todo y con eso, me parece una película de obligado visionado para los que cansados de tanto bodrio de Hollywood, desean algo diferente. Ya sólo por el mensaje que transmite, merece la pena.