A principio de los años 60, en plena descolonización de África, la Compañía “A” del 35 Batallón del Ejército Irlandés es enviada al Congo como fuerza de interposición de la ONU. La guerra fría está en pleno auge y los nuevos países surgidos de la descolonización se debaten entre uno y otro bando. Entre tanto rio revuelto, las grandes empresas siguen presentes buscando sacar todo el beneficio posible.

La Compañía irlandesa se despliega en una posición débil, con material obsoleto o poco adecuado (los cascos azules de plástico), sin comida, sin información correcta y con muchos intereses políticos interpuestos. Aún así ciento cincuenta irlandeses aguantaron su posición ante tres mil soldados congoleños, dirigidos por mercenarios franceses, en lo que supuso la primera acción de armas del ejército de la República de Irlanda fuera de sus fronteras.