Este insólito proyecto del siempre intrépido realizador texano Richard Linklater, ha sido cocinado a fuego lento durante 12 años con los mismos actores, para dar mayor verosimilitud al relato de la vida de un chaval –y de su familia- desde la infancia hasta la Universidad. Durante 166 minutos asistimos a los vaivenes en la vida de una familia corriente y moliente del sur de los EEUU.
Linklater hila fino, sale triunfante del desafío y logra su obra cumbre, por encima de las estupendas “Antes del …” y de sus incursiones en la animación experimental.
La cinta exuda sentimiento y verdad por todos sus poros. Las interpretaciones son naturalistas y ajustadas, con esos diálogos cotidianos tan de la marca del autor. Ellar Coltrane da cuerpo a Mason en el itinerario vital; su hermana es interpretada por la propia hija del director, Loreley Linklater y Patricia Arquette está inmensa como madre Coraje. Para redondear el reparto no podía faltar su actor fetiche, Ethan Hawke, perfecto en el papel de padre extraviado.
La banda sonora consiste en una deliciosa recopilación de canciones (Wilco, Coldplay, Black Keys, Yo la tengo, Arcade Fire…) que acompañan exquisitamente a las secuencias y las hacen resplandecer.
Obra importante en el panorama actual, no por nada va a ser galardonada con el premio FIPRESCI -premio a la mejor película del año de la crítica internacional- en el Zinemaldi de Donostia.
De visión obligatoria para los amantes del séptimo arte, una pequeña joya heredera del gran cine de Rosellini.