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España España · Zaragoza
Voto de Paco Ortega:
7
Drama. Comedia. Thriller Del tren baja Milan, un hombre solitario, que llega a la ciudad por primera vez. Entra en una farmacia, donde conoce a Manesquier, un profesor de lengua jubilado. Los dos hombres, aunque muy distintos, simpatizan por una simple razón: a cada uno le hubiera gustado llevar la vida del otro. El profesor sueña con ser un aventurero; el aventurero se imagina a sí mismo como un hombre sedentario. Dentro de tres días, Milan tiene pensado ... [+]
2 de diciembre de 2008
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El hombre del tren” (2002), dirigida por Patrice Leconte, conocido en España especialmente por ser el autor de “El marido de la peluquera” (1999), de tan grato recuerdo. He visto alguna otra: “La chica del puente”(1999), y “La viuda de Saint Pierre”(2001). Buenas películas, sólidas historias, bien contadas y de una factura compacta.

En esta ocasión, Leconte vuelve a trabajar con su actor fetiche, Jean Rochefort, y con el cantante y actor Johny Hallyday. Ambos están soberbios, y, como es costumbre de la casa, magníficamente dirigidos.

La historia es sencilla, pero el guión es muy bueno. El destino cruza a dos hombres –un profesor de literatura y un ladrón profesional- cuyas vidas, por tanto, han sido diametralmente diferentes. Al poco de conocerse, ambos descubren que les hubiera gustado más haber vivido la vida del otro que la suya propia.

No es la primera vez que en el cine o en el teatro se cuenta una historia así. Pero aquí la brillantez viene dada, además de por la excelencia interpretativa, por el preciso y bien dosificado ritmo narrativo, la elección sabia de los planos, la eficaz y extraordinaria banda sonora compuesta por Pascal Estève, y, sobre todo, la ausencia de toda solemnidad empalagosa en la reflexión que se nos propone.

La vida como complementariedad. Ser de una manera impide ser de otra. “Vivir es elegir”, decía Kierkegaard. La obligada elección limita las expectativas, las reduce por lo menos a la mitad. Los placeres de una son imposibles en la otra, y viceversa. También los peligros. Una metáfora sin pretensiones. Una buena película.
Paco Ortega
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