Haz click aquí para copiar la URL
España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
8
Drama Stavros es un joven griego cuya única obsesión es llegar a los Estados Unidos de América. El primer paso será ir a Constantinopla para conseguir las 110 libras turcas que necesita para comprar el pasaje, toda una fortuna para un chico como él. (FILMAFFINITY)
28 de noviembre de 2005
56 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kazan nos cuenta la historia de su propia familia (empieza con una voz en off en primera persona) y lo hace con una película muy arriesgada en blanco y negro, con actores desconocidos y una realización completamente alejada del academicismo hollywoodiense. Por tanto no es una cinta al uso visualmente, en el empleo de la técnica, ni en el ritmo narrativo. Hay momentos en que ni siquiera parece norteamericana.

La película destaca por lo bien trazado que está el protagonista. Un personaje muy humano, con sus virtudes y defectos puestos en primer término, sin ser idealizado en ningún momento. Y es un logro a tener en cuenta ya que la peripecia por la que pasa invitaba a contar su historia desde la idealización del personaje y sus avatares.

Técnicamente destaca por una luz muy clara y contrastada, acentuando el realismo de los fotogramas, que resalta los negros cabellos y las barbas enredadas, la suciedad, la palidez del desierto, el polvo...

Esa fotografía realista encaja a la perfección con las ajustadas interpretaciones de los actores (su prometida y el padre de ésta están especialmente brillantes), realzadas con expresivos primeros planos, y con las acusadas elipsis que hay en el desarrollo de la trama que le dan un tono seco y cortante a la película que se ajusta especialmente bien a lo que te están contando, al igual que el recurso de la cámara al hombro que también se usa con cierta frecuencia.

Por todo ello la autenticidad que se respira es, creo, el principal logro de la película. A ello ayuda también que el origen teatral de Kazan, muy presente siempre en su cine (para bien o para mal sería otro tema), es aquí menos acusado, tanto en la construcción de las secuencias como en la interpretación de los actores, algo más plácidos y menos exageradamente teatrales que en otras ocasiones. Quizás sea uno de los motivos por los que la película avanza de forma ligera pese a sus tres horas de duración junto a, por supuesto, la coherencia formal de la que hace gala y el fantástico guión.
Bloomsday
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow