Durante los 80, EE.UU. había tapizado casi todo el mundo "libre" con feroces dictadores, escuadrones de la muerte, terroristas y agentes de la CIA carentes de escrúpulos para luchar contra el marvado comunismo. Esto, sumado a las reformas aperturistas del Bloque del Este, hacían pensar que "America" (sic) ya tenía la Guerra Fría ganada.

Pero claro, esto es en la vida real.

En el mundo alternativo imaginado por la extrema derecha gringa (John Milius, Tom Clancy, la John Birch Society), los pobrecitos EE.UU. están siempre en peligro de ser invadidos por los rusos con ayuda de los castristas y la complicidad de los traidores progres sin que los radares y satélites militares lo detecten a tiempo. Aquel es un mundo donde en cualquier momento los apestosos hippies "sandías" (verdes por fuera, rojos por dentro) de Europa disuelven la OTAN porque sí. Un mundo donde los nicaragüenses y cubanos son invasores, no invadidos. Donde los inmigrantes ilegales son espías infiltrados. Donde los mexicanos están tan deseosos de recuperar (digo, "invadir") Texas y California que están dispuestos a aliarse con los comunistas en una misión suicida contra el ejército más poderoso del mundo. Donde cada redneck de pueblo montañoso, sin entrenamiento militar, es un Rambo en potencia capaz de aniquilar batallones enteros del Ejército Rojo si lucha en nombre de las barras y estrellas. Donde la tenencia de armas está plenamente justificada. Donde los "enemigos de la democracia" son tan malos que desperdician balas sin asco asesinando niños y civiles desarmados de un pueblucho sin importancia estratégica. Donde los únicos dispuestos a ayudar a los yanquis son los chinos ("el enemigo de mi enemigo...") y los ingleses, porque los demás europeos son unos malagradecidos que ya se olvidaron que fue Estados Unidos (y no la URSS, eso es propaganda marxista seguramente) quien derrotó a los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Donde vienen los rusos y te encierran en un Gulag orwelliano a vista de todo el mundo y sin guardias...

En fin, podría comentar los demás aspectos de la peli, pero ¿para qué? Es difícil enganchar con la historia y sentir empatía por los "buenos" sabiendo que todo lo mostrado ocurrió exactamente al revés en la realidad. Esta "obra madura" del neofascismo yanqui es tan necesaria como un enema de ácido.