Una de las más aceptables entre todas las películas protagonizadas por Sara Montiel en su época dorada, incluso mejor que las sobrevaloradas "El último cuplé" y "La violetera". La estupenda selección de números musicales jugó un papel fundamental en el decoroso resultado obtenido, e incluía canciones tan bellas como "María Dolores" o la emblemática de Sara que era "Bésame mucho". La refinada fotografía en color y el mimo que durante los años 60 era norma en el acabado estético de las producciones de Balcázar pusieron el resto. La historia romántica que se nos cuenta está bien llevada, resulta bella en su fondo y la ambientación no deja tampoco mucho que desear. Al igual que en algunas otras películas de Sara el galán es Maurice Ronet, un intérprete que tenía en su modo de actuar esa elegancia que tanto se echa de menos actualmente en el cine, siendo una figura característica de otros tiempos en los que el cine era entendido de otra manera. Henri Decoin agita bien todos estos elementos y consigue un cóctel cinematográfico que se consume con placidez. Es una película para nostálgicos, su título promete bastante y luego no defrauda a quien espera una película de agradable sabor. Merecería ser considerada como un mini-clásico del cine musical, pero no ha tenido mucha suerte entre la crítica.