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Voto de Vagabundoespiritual:
8
Drama En un lugar remoto dedicado al negocio de la pesca, sobrevive Hee-Jin, la propietaria. Ésta se dedica durante el día a alquilar plataformas flotantes para pescar y vender comida a los pescadores. Durante la noche les vende su cuerpo. Un día llega al lago un ex-policía llamado Huyn Shik que acaba de matar a su amante y está dispuesto a suicidarse. Hee-Jin lo impide y una extraña compenetración nace entre ambos. (FILMAFFINITY)
1 de febrero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poesía visual sobre el deseo y el dolor, dos sentimientos que van unidos con más frecuencia de la que nos gustaría. Esta película dio a conocer en Occidente al (interesantísimo) cineasta coreano Kim Ki-Duk, convirtiéndose desde entonces en un fijo de los grandes festivales de cine de la vieja Europa.

La premisa de la que se parte para reflexionar de forma metafórica y con elementos surrealistas sobre las relaciones personales y los sentimientos humanos es sencilla: Una mujer (interpretada de forma magistral por Jung Suh, a pesar de no hablar en todo el metraje) regenta un negocio de pequeñas casas flotantes en una laguna donde las personas van a satisfacer sus instintos más básicos (cazar, en forma de pesca, beber, comer y practicar sexo). A este paraje llegará un hombre (interpretado por Yoosuk Kim) que huye de su pasado y entre este y la propietaria del establecimiento surgirá una relación de atracción-odio que excede los límites de lo convencional.

Sin apenas líneas de diálogo y decantándose por una realización visual minuciosa y repleta de sugerencias, gestos, miradas y silencios se describe de forma estremecedora el dolor que se experimenta cuando somos incapaces de conseguir el amor de otra persona, ese objeto de deseo tan satisfactorio como pernicioso, tanto física como mentalmente.

El señor Ki-Duk desarrolla toda la historia en un único escenario, una laguna descontextualizada de espacio y tiempo, y con escasos personajes. A pesar de ello la cinta está dotada de un detallismo enorme debido a una minuciosa puesta en escena y una fotografía maravillosa que va dotando de onirismo el microcosmos que se nos muestra conforme avanza el metraje. Las imágenes son de una belleza y violencia salvaje, siendo en la mayoría de los casos sublimes y desagradables a partes iguales. Algunas escenas se quedarán grabadas en la mente de aquellos que decidan dar una oportunidad a esta cinta para el resto de sus días (nunca unos anzuelos habrán provocado tantos nudos en la garganta). Me temo, no obstante, que muchos (los más fanáticos de las producciones de Jerry Bruckheimer) abandonarán la función antes de que esta acabe debido al pequeño esfuerzo que supone juntar todas las piezas de este brillante puzzle elegíaco.

El arrebatador final con el que concluye la función, no dejará a nadie indiferente, pues es uno de los más preciosos y enigmáticos que ha dado el cine contemporáneo (y me atrevo a decir, la historia del cine). Lástima que revelarlo sería quitarle toda la esencia a esta tremenda historia. Es algo que deberéis experimentar por vosotros mismos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vagabundoespiritual
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