Resulta muy difícil no comparar una adaptación literaria cuando esta llega a las pantallas de cine; sólo diré que las 100 primeras páginas del libro están en la película resumidas en 3 o 4 minutos y, en mi opinión, es toda la base que da dimensión al personaje de Jean Valjean. Mala señal para comenzar, ya que uno se da cuenta que el efectismo va a ser prioritario.

Y no me equivocaba. Uno detrás de otro los primeros planos inundan la película, hasta el punto que parece que las entrañas de los personajes son los protagonistas. Cuando la voz en Off abunda o cuando las explicaciones verbales sobre los sentimientos de los protagonistas en un film cualquiera se presentan como ahorro visual la palabra cine empieza a desaparecer. El antagonista, Javert, te canta lo duro que tiene el corazón y su poca misericordia, ya que la película no tiene otra forma de contártelo, pero si encima lo está cantando, su crueldad se reduce.

Por otro lado, la película no parece preocuparse de empatizar de algún modo con la historia, todo va demasiado rápido, los personajes cambian y casi no da tiempo a reaccionar ante sus sentimientos, quiere ser un espectáculo, no quiere ahondar, no hay profundiad, como una canción 'radioformula' que apela a los sentimientos con rimas rápidas y facilongas.

La palabra clave de la película en spoiler.