La etapa de Pierce Brosnan como James Bond arrancó con esta cinta a mediados de la década de los años 90. El encargado de dirigir este nuevo comienzo fue Martin Campbell, el mismo que más de una década después dirigió el gran debut de Daniel Craig como agente 007 en la estupenda Casino Royale. De modo que se puede decir que es un cineasta experto en iniciar ciclos. Eso sí, Goldeneye está varios peldaños por debajo de la ya citada película del 2006. Aun así, no cabe duda de que se trata de un film súper entretenido que ofrece buenas dosis de acción. Por supuesto, hay alguna que otra fantasmada que se ve a la legua, pero no es nada que no entra en los planes a decir verdad. El guion es correcto, aunque resulta algo previsible. Los personajes son bastante tópicos: el protagonista es muy bueno y los antagonistas son muy malos. El reparto hace un trabajo decente. Brosnan convence pese a no mostrar expresión alguna, Sean Bean está bien, pero se nota que no está habituado a ser el villano, Famke Janssen es quien más destaca debido a su sensualidad y maldad, Izabella Scorupco tiene un papel bastante típico, ya que hace de la chica Bond de turno, pero la mujer se defiende de la mejor forma posible y Gottfried John con su frialdad cumple sobradamente. En general, esta producción cumple como entretenimiento pese a no ser una de las mejores de la saga. Buen clímax y buenos momentos de adrenalina.