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Voto de Orlando Aguilar:
8
Drama. Romance. Aventuras Georgia, 1861. En la elegante mansión sureña de Tara, vive Scarlett O'Hara (Vivien Leigh), la joven más bella, caprichosa y egoísta de la región. Ella suspira por el amor de Ashley (Leslie Howard), pero él está prometido con su prima, la dulce y bondadosa Melanie (Olivia de Havilland). En la última fiesta antes del estallido de la Guerra de Secesión (1861-1865), Scarlett conoce al cínico y apuesto Rhett Butler (Clark Gable), un vividor ... [+]
2 de mayo de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me cuesta trabajo escribir algo sobre esta película sin hacer mención de su extensión. Vaya la manera de entregarse a un proyecto por parte del director, de la casa productora y de quienquiera que le entro a una empresa de este tamaño cualesquiera que hayan sido sus intenciones al así proceder.

Considerada un clásico, un imperdible, una joya en el tiempo con justa razón. Es una de esas películas que no dejara a nadie que la vea en el limbo de la indiferencia. Semejante montaje, vuelvo a repetir, no se verá seguido. ¿Qué fue lo que personalmente me pareció esencial de "Lo que el viento se llevó"? Número uno el carisma de Vivien Leigh y Clark Gable en pantalla, la chispa con la que interpretan a Scarlett O'Hara y al capitán Buttler respectivamente. Vivien brilla interpretando con girl power un personaje entrañable -casi neurótico-; Clark Gable da una cátedra aquí del arquetipo de galanazo de cine como Dios manda. Número dos, que la historia en que está basada, el contexto social e histórico es eficientemente transportado a la pantalla y mantiene la expectativa hasta que la duración de la película se lo permite así. Un argumento, una historia que se nos cuenta con gallardía.

La primera parte de la película es virtualmente excelsa. El comedimiento con que se estructuraron la historia y lo que sucede en ella es palpable y loable. La segunda parte empieza con fiereza y consagra a Scarlett O'Hara y al capitán Buttler así como a los actores que los representan como LOS personajes.

De la forma en que cierra esta historia hay pocos halagos qué hacerle. Un cierre que quizá, en el público de su época dejó un sabor más intenso por las apenas nacientes convenciones cursileras en el cine masivo, pero que no envejeció bien. Una duración tan extendida y lineal como la de "Lo que el viento se llevó" obliga a mirar con alta expectación a un final igual de grandilocuente. No se siente así.

Pero no la desmerito. Representa con mucha simpatía, y con todo el poderoso aparato del Hollywood del momento los elementos que constituyeron el cine que se hacía para las audiencias masivas de la época: entretenimiento puro sin mayores pretensiones que las de hacer al cine la fábrica de historias que es. Una película que se gana con toda la dignidad su lugar como clásico imperdible, no exenta de sus partes flacas, pero con el encanto y la esencia del cine hollywoodense en su época de oro: dándole tremenda historia de pasión y drama a los asistentes para estar al filo de la butaca. La esencia de lo que es un MONTAJE está aquí.
Orlando Aguilar
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