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Voto de Ugrafiator:
7
6.8
12,184
Drama
Sandra dispone sólo de un fin de semana para ir a ver a sus colegas y convencerlos de que renuncien a su paga extraordinaria para que ella pueda conservar su trabajo. Su marido la acompaña para apoyarla. (FILMAFFINITY)
25 de mayo de 2021
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El tiempo que transcurre, de manera ficticia, en una película, sería un dato interesante a veces. Aunque también a menudo sería ambiguo, pues en muchos casos el tiempo es algo muy relativo.
Pocas veces queda reflejado en el título, si bien puede darse que este sea 'el día...', 'la noche...', 'el último...'
En el caso de este film, el título se refiere al cuerpo central del relato, pues la tarde de viernes anterior hace de prólogo y la mañana del lunes que sería el tercer día es el epílogo.
Dos días y una noche es el tiempo del que dispone la precarizada Sandra Bya para, en un via crucis de fin de semana, contactar e intentar convencer a quienes hasta unos meses antes eran sus compañeros de trabajo de que, en una votación matutina el lunes, opten por que ella sea readmitida en la empresa. La otra opción es la de cobrar una prima de mil euros.
Cada uno de los empleados y cada una de las empleadas son, en sus momentos frente al personaje de Sandra, tan protagonistas como la siempre estupenda Cotillard, pues se dirimen en esas charlas tanto sus repectivos empobrecimientos como sus respectivas precariedades. Precarios y protagonistas, son todos ellos por igual. Tanto el capataz como el dueño de la empresa ejercen sus abusos de poder sin grandes problemas. Finalmente la votación demuestra que la solidaridad tiene peso en la mitad de la plantilla. La mitad que vota contra ella no se espera en la sala a despedirse de ella,. La mitad que sacrificaría la prima sí.
Se trata, como alguien ha escrito ya por aquí, el empobrecimiento de la clase media según los Dardenne. Como siempre, la villa de Seraing es el escenario que sirve como símbolo de cualquier rincón de la UE. Además del empobrecimiento y la precarización, trata del envilecimiento de algunos trabajadores, ejemplificado en el caso del joven que golpea a su compañero de mayor edad. Y trata de lo injusto que es el precio moral a pagar a causa de la precariedad laboral.
Dos momentos que hacen de contrapunto son los paréntesis musicales, en el coche. Especialmente emotivo el primero, de la versión de "Needles and pins" que Petula Clark llevó a ser número uno en Francia en los años sesenta.
El nivel de Marion Cotillard hace subir el nivel de todo el film. Justamente lo contrario que ocurría en el film anterior de los Dardenne en que una aburridísima Cécile de France echaba a perder un guión con posibilidades en "El niño de la bicicleta". Todo lo contrario aquí. La actriz consigue que empaticemos de principio a fin.
Pocas veces queda reflejado en el título, si bien puede darse que este sea 'el día...', 'la noche...', 'el último...'
En el caso de este film, el título se refiere al cuerpo central del relato, pues la tarde de viernes anterior hace de prólogo y la mañana del lunes que sería el tercer día es el epílogo.
Dos días y una noche es el tiempo del que dispone la precarizada Sandra Bya para, en un via crucis de fin de semana, contactar e intentar convencer a quienes hasta unos meses antes eran sus compañeros de trabajo de que, en una votación matutina el lunes, opten por que ella sea readmitida en la empresa. La otra opción es la de cobrar una prima de mil euros.
Cada uno de los empleados y cada una de las empleadas son, en sus momentos frente al personaje de Sandra, tan protagonistas como la siempre estupenda Cotillard, pues se dirimen en esas charlas tanto sus repectivos empobrecimientos como sus respectivas precariedades. Precarios y protagonistas, son todos ellos por igual. Tanto el capataz como el dueño de la empresa ejercen sus abusos de poder sin grandes problemas. Finalmente la votación demuestra que la solidaridad tiene peso en la mitad de la plantilla. La mitad que vota contra ella no se espera en la sala a despedirse de ella,. La mitad que sacrificaría la prima sí.
Se trata, como alguien ha escrito ya por aquí, el empobrecimiento de la clase media según los Dardenne. Como siempre, la villa de Seraing es el escenario que sirve como símbolo de cualquier rincón de la UE. Además del empobrecimiento y la precarización, trata del envilecimiento de algunos trabajadores, ejemplificado en el caso del joven que golpea a su compañero de mayor edad. Y trata de lo injusto que es el precio moral a pagar a causa de la precariedad laboral.
Dos momentos que hacen de contrapunto son los paréntesis musicales, en el coche. Especialmente emotivo el primero, de la versión de "Needles and pins" que Petula Clark llevó a ser número uno en Francia en los años sesenta.
El nivel de Marion Cotillard hace subir el nivel de todo el film. Justamente lo contrario que ocurría en el film anterior de los Dardenne en que una aburridísima Cécile de France echaba a perder un guión con posibilidades en "El niño de la bicicleta". Todo lo contrario aquí. La actriz consigue que empaticemos de principio a fin.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Al final, Sandra se niega a ser partícipe del juego de abusos de su patrón. Ni por un segundo duda cuando la oferta es la de esperar a que el perjudicado por su causa sea el compañero negro aun más precarizado que ella, compañero que la apoyó a cara descubierta. No se juega con eso, jefe. Ahí se las den todas. Uno queda imaginando que si intenta expulsar, no renovando, al obrero negro que es solidario, se encontrará con una plantilla más curtida en ese tipo de desafíos. También nos quedamos con la sensación de que la lucha, incluso sin victoria final, vale la pena. Que Sandra perderá esa batalla pero no la guerra. Que hay aun gente decente y que si resulta que no es mayoría, pues resulta que tampoco es minoría.